México se la juega en 2025
PRD y PAN sostienen la necesidad de acabar con el cacicazgo de Elba Esther, quien les tira un hueso a través del Panal y mueven la cola.
La memoria es avara cuando de referir los errores propios se trata, de allí que resulte importante preguntarse si Luis Castro Obregón recuerda, con nostalgia o con agrado, los años en que fue secretario particular de Elba Esther Gordillo.
La pregunta es oportuna, porque las vendedoras de esa época que trabajaron y trabajan en el circuito de tiendas de lujo que le vendieron ropa, lo recuerdan atrás de la maestra, cargándole la bolsa y siempre obsecuente cuando ella le ordenaba que se pusiera los vestidos encima, para darse una idea de cómo se vería.
Todo tiene su recompensa, hoy es presidente del Panal, desde el cual la abeja reina del magisterio envía sus dardos envenenados para responder a la afrenta que el gobierno del PRI intenta contra su poder, su dinero mal habido y su imperio.
Divertida, Elba Esther Gordillo, al tradicional estilo de la compra de votos y conciencias, arma el entramado contra el instituto político que la vio nacer y cobijó, con la pretensión de derrotarlo en las elecciones de Baja California. Contra toda lógica, busca una candidatura común para su franquicia electoral, junto con el PAN y el PRD.
Aspira, Elba Esther, a repetir el numerito escenificado por Gabriel Quadri, y pretende que los tres partidos presenten al candidato ciudadano, Gastón Luken. Obviamente el despilfarro económico que eso signifique, la tiene sin el menor cuidado.
El primero en extender la mano para recibir el calor de la maestra Gordillo fue Jesús Zambrano, quien en la lógica de Jesús Ortega Martínez decide desviar -el menos de momento- el compromiso adquirido con el Pacto y la reforma educativa, en un intento por asegurarse que la extrema derecha, el Yunque, continúe mangoneando desde el Palacio de Gobierno de Mexicali, con tal de que el PRI no tenga oportunidad. ¿Será un mero compromiso ideológico? ¿Es una venganza política? Dudo que haya dinero de por medio, la ética perredista lo prohíbe.
La otra vertiente de esta posible candidatura común será escenificada por Ernesto Madero, cuya congruencia política y consistencia ideológica cabalgan a medio camino entre el Yunque y la lealtad a los principios fundacionales del PAN, por lo que resulta razonable que haya decidido poner en riesgo la posibilidad de consolidar el futuro de México precisamente en el estado de Baja California, porque esa entidad es puerta de entrada y salida de todo lo que atenta contra la seguridad nacional.
Los líderes del PRD y el PAN sostienen la necesidad de acabar con el cacicazgo de Elba Esther Gordillo, pero en cuanto les tira un hueso, usando al Panal como eficiente entrenador, los dirigentes de esos institutos políticos mueven la cola y se muestran más que dispuestos a conculcar sus principios ideológicos y éticos, porque caen en la cuenta de que lo importantes es el poder, pero el que sólo puede obtenerse con dinero.
QMX/gom