LA COSTUMBRE DEL PODER: Como hace 500 años

15 de noviembre de 2012
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1:15
Gregorio Ortega

La capacidad de ahorro de los mexicanos dejó de beneficiar a su país, pues su sistema financiero es transnacional casi en su totalidad.

La globalización, para que funcione, implica el cumplimiento ciego de ciertas normas económicas para asegurar la interdependencia. En ésta, los países débiles, o las naciones ingenuas, o aquellas cuyos gobernantes carecieron de la pericia suficiente para negociar, siempre pierden.

Muchos inversionistas españoles ven en México un lugar seguro para invertir. La lista de las empresas ibéricas con sucursales en territorio nacional es larga, sobre todo en el sector turismo. No debió asombrar a la sociedad que, en correspondencia, Pemex contratara a los astilleros de esa nación, ahora que tienen una situación idéntica a la que padecimos entre 1976 y 1993, año en que el peso perdió tres ceros.

Pero una cosa es la solidaridad, la interdependencia económica, y otra el saqueo sistemático y sistémico -desde el punto de vista financiero- del producto del trabajo de los mexicanos, de sus ahorros; que no sostenga Agustín Carstens, como lo ha hecho, que los bancos españoles no sacan capital fuera del territorio mexicano.

La realidad económica de lo que sucede en México está en los datos duros, en las incuestionables cifras, no desmentidas. Nos informan que la filial mexicana de BBVA Bancomer es el principal motor de las cuentas globales, ya que aportó el 78.5% del beneficio total del Grupo, en contraste con las pérdidas contables registradas en la matriz. Con el producto del trabajo de los mexicanos, con sus ahorros, obtuvo un beneficio neto atribuido de mil 300 millones de euros entre enero y septiembre de 2012, el 3.9% más que el logrado en el mismo periodo del año anterior.

Para que la sociedad mexicana aquilate el tamaño del saqueo, nos dan cuenta de que en España, el BBVA registró pérdidas contables de 532 millones de euros, aunque sin el impacto de la reforma financiera la entidad hubiera ganado 848 millones en su franquicia española, un resultado inferior en todo caso al logrado en México. Según explicó el banco, la franquicia de México mantuvo un crecimiento sostenido, sobre todo de la cartera minorista.

En consecuencia, la inversión crediticia de la entidad en México alcanzó los 37 mil 941 millones de euros, el 25.3% más, en tanto que los depósitos de la clientela se situaron en 36 mil 131 millones, el 15.9% más.

Estamos a años luz de la época en que se discutió sobre la posibilidad de que los pobladores originarios de América tuvieran o no alma, podían o no salvarse, debían o no ser tratados como seres humanos; estamos a años luz de que los peninsulares continúen viendo a los americanos como “sudacas”, pero algo sucede en el comportamiento de los gobernantes de los países latinoamericanos, pues permiten que en muchos aspectos se comporten, los hispanos, como hace 500 años.

No debieran quejarse los que desde el inicio de los gobiernos panistas promovieron que el sistema financiero mexicano quedara, casi en su totalidad, en manos extranjeras. La capacidad de ahorro beneficia a otras naciones, distintas a las de los ahorradores.

QMX/gom

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