Poder y dinero
Me cansé de escuchar -durante 2011-2012- los pronósticos y buenos deseos de los promotores de EPN y el futuro económico de México; argumentaron, como si los supuestos ciclos de la economía tuvieran palabra de honor.
La realidad se dispone a avasallar las políticas públicas y los honestos esfuerzos de EPN y su equipo de economistas, entre ellos el secretario de Hacienda.
Los recientes datos duros -para ir de acuerdo con los genios del lenguaje periodístico- del Inegi, indican que 20 de los 22 subsectores de la industria manufacturera del país registraron decrecimientos anuales que variaron desde 1.4 por ciento en la industria alimentaria hasta 13.4 en la de muebles y productos relacionados; los únicos que crecieron son la industria del papel, con un avance anual de 0.5 por ciento en el tercer mes del año, y el de productos derivados del petróleo y del carbón, el cual aumentó 2.8 por ciento su producción sobre el nivel de marzo de 2012.
El Instituto señaló que la producción de la industria manufacturera reportó en marzo una contracción anual de 5.8 por ciento, su mayor caída desde la recesión de octubre de 2009, cuando este sector descendía menos 6.5 por ciento anual.
Habrán de revisarse los beneficios económicos anunciados para vender las reformas estructurales que ya fueron alcanzadas -la laboral, por ejemplo- y las que están por discutirse en el Congreso, así como deberán replantearse objetivos que fueron considerados en reserva, como el IVA generalizado y la reducción del ISR para reactivar el mercado, porque el combate a la informalidad en el comercio y en el empleo, tal como se anuncia, nada resolverá, como ya lo perciben los capitostes del Consejo Coordinador Empresarial, y como lo anuncian las recesiones padecidas en Europa y América Latina.
Es por ello necesario poner atención a lo anunciado por el Inegi, pues también informó que la desaceleración industrial durante el primer trimestre de 2013 afectó a la industria alimentaria, que si en marzo de 2012 crecía a una tasa anual de 1.1 por ciento, pasó a una contracción de 1.4 doce meses después; el de bebidas y tabaco cayó 8.5 por ciento en el tercer mes de 2013, desde un crecimiento de 3.7 por ciento observado en marzo del año pasado, y la fabricación de insumos textiles, que ya decrecía 3.8 por ciento hace doce meses, profundizó su caída a 7 por ciento. Lo que, contra todo pronóstico, aquí continúa favoreciendo a los chinos.
El panorama está lejos de fomentar el optimismo. Anunció el Inegi que otras industrias que se contrajeron son la de impresión e industrias conexas, que cayó 11.8 por ciento después de que hace un año crecía a una tasa anual de 9.8; el fabricante de equipos de transporte pasó de una expansión anual de 9.3 por ciento en marzo de 2012 a una contracción de 9.1 en marzo de 2013; mientras el subsector fabricante de muebles y productos relacionados, que crecía a un ritmo anual de 22.3 por ciento hace doce meses, se desplomó a una tasa de decrecimiento de 13.4 por ciento.
Habrán de decidir qué tanto cumplen con las exigencias de la globalización, o si anteponen las necesidades de los gobernados.
QMX/gom