
De frente y de perfil
La andanada mediática en contra del senador Javier Corral se queda en lo superficial
La andanada mediática en contra del senador Javier Corral se queda en lo superficial. Otro es el nivel de malestar y preocupación que debiera alentar la introspección de los analistas, porque cuando en una familia se pierde el respeto al padre, significa que no hay arreglo posible.
Hace mucho que México dejó de ser una familia, la idiosincrasia ya no da para eso. Tampoco se ha preservado la imagen de la dictadura perfecta, porque el presidencialismo analizado y explicado por Jorge Carpizo desapareció, como sucede con los mexicanos descritos en El laberinto de la soledad. Dejaron de ser personajes de Ismael Rodríguez. El país, el poder y la manera de ejercerlo se transformaron a partir del 1° de diciembre de 1982, sexenio de las exequias del proyecto de nación surgido de la Constitución de 1917.
La publicitación de la carta de Javier Corral exhibe la degradación a la que varios presidentes de la República sometieron a la institución presidencial, por su actuación, por el incumplimiento del mandato constitucional, por el ninguneo a los gobernados. El senador panista se excedió, pero también es cierto que el actual inquilino de Los Pinos se lo ganó a golpe de aplicación de sus políticas públicas, de resultados inciertos, pero sobre todo por su empeño de confrontar a sus gobernados entre ellos.
¿Pueden restituirse el respeto y la confianza en la Presidencia de la República? ¿Debió, el señor presidente, expresar desagrado público por un correligionario, además miembro del Poder Legislativo? ¿Debió hacerlo en ausencia del agraviado? Como dice el refrán: para ser, hay que parecer.
Pero no es el único signo que manifiesta la degradación de la vida pública. El otro, e igual de preocupante, es la actitud de AMLO, su paso atrás, equivalente a esas retractaciones públicas de los apóstatas u otros satanizados por la Iglesia Católica.
Es válida la sabia observación de Jesús Reyes Heroles: lo que resiste, apoya. México está en un proceso de transformación, como ocurre en el mundo, porque se ha dispuesto el cambio del paradigma de desarrollo económico y de modelo político. Asistimos a las exequias del Estado nacional, y todavía desconocemos lo que será el recambio de las instituciones, sus reformas y las atribuciones que asumirán.
Es en ese contexto que se esperaba una oposición inteligente de AMLO y su MORENA, articulada ideológicamente y de acuerdo a lo que la realidad de la globalización permitirá construir para que el país no se desdibuje, hasta en tanto lo que hoy es moda deje de serlo, o hasta quienes hoy encarnan la delincuencia organizada sustituyan a los movimientos sociales -en esa necesidad de dignificarse, de legalizarse- que hoy carecen de espacio, recursos e ideas para transitar por la globalización y sus consecuencias.
Por algo Juan Manuel Santos no les da tregua mientras se negocia la paz, aspira a que cuando llegue la hora de firmarla, todos los integrantes de las FARC -con lo que en su momento de mayor dignidad y única transparencia significaron- hayan fallecido.
Por último, ¿cómo explicar lo que significa, para la procuración y administración de justicia, mantener a Tomás Ángeles y coacusados en un penal de alta seguridad, para satisfacer una decisión política?
QMex/gom