
De frente y de perfil
Nada más parecido a la creación del PNR por voluntad del jefe máximo. En este contexto debió reformarse y resolver sus contradicciones.
Octogenario, el PRI enfrenta el fundamental de sus problemas, si quiere continuar con la función para la cual fue creado y reformado: su origen.
Es un equívoco pensar que fue concebido, diseñado y construido para buscar el poder político. Ya administraba a la República al nacer como Partido Nacional Revolucionario, al que Cárdenas transformó en Partido de la Revolución Mexicana, y Miguel Alemán reorganizó como PRI.
Es una institución para conservar el poder, porque creció desde su seno.
Precisamente por eso lo perdió en las elecciones presidenciales del año 2000. Entró en contradicción con su origen, sus principios y su ideología. El resultado de esta última Asamblea que debiera haber zanjado las diferencias y resuelto las contradicciones, muestra que hay dos países que se confrontan al interior del PRI. La historia consignará si perdieron la oportunidad de transformarse para conservar el poder, ayudar a su gobierno y colocarse del lado de la sociedad.
En el punto 4 de su original Declaración de Principios y Programa, sostiene “… ningún partido puede llevar a cabo un programa político y social si no impera una absoluta moralidad en los procedimientos que se empleen y en la responsabilidad que deben asumir por igual funcionarios, servidores públicos y todas aquellas fuerzas que participen en la vida activa del país. Por tanto, el partido pugnará por todos los medios que estén a su alcance para que se realice una efectiva y radical obra de depuración y una ascendente labor de moralización y renovación en beneficio del partido mismo, del gobierno y de las agrupaciones, organismos y fuerzas que actúan en la vida nacional”.
¿Dónde están hoy los sectores del PRI, cómo están integrados en relación a la época del culmen de su fuerza? Sistemáticamente el PRI ha negado a él mismo.
En el punto 17 del mismo documento, se sostiene: “El partido luchará con toda energía por la liberación económica del país, hasta hacer que desaparezca totalmente su fisonomía semicolonial. Procurará que el artículo 27 de la Constitución y las demás normas jurídicas que tienden a defender las fuentes de la riqueza nacional, se apliquen en todo a su alcance, y pondrá especial empeño en el desarrollo de la producción, particularmente de la industria de mexicanos, a fin de librar al país de la influencia económica del exterior”.
¿Qué queda del artículo 27 constitucional, que daba contenido, fuerza y razón ideológica a este propósito priista? ¿Cómo insertarse en el mundo actual, si el país se cierra a la influencia económica del exterior, sostén del libre comercio, instrumento de la globalización?
Jorge Luis Borges escribe el prólogo de El Golem, de Gustav Meyrink, donde anotó: “Los discípulos de Paracelso acometieron la creación de un homúnculo por obra de la alquimia; los cabalistas, por obra del secreto nombre de Dios, pronunciado con sabia lentitud sobre una figura de barro. Ese hijo de una palabra recibió el apodo de Golem…”
Nada hay más parecido a la creación del Partido Nacional Revolucionario, por voluntad del jefe máximo: Plutarco Elías Calles. Es en este contexto que debió abordarse su reforma y resolver sus contradicciones.
QMX/gom