Abanico
¿Cuántos insultos debió soportar Zinadine Yazid Zidane, antes de agredir con un cabezazo en el pecho a Marco Materazzi, en la final de la copa mundial de 2006? El deporte dejó de jugarse de manera limpia hace muchos años, lo importante es desquiciar al contrario.
Si los contendientes en las canchas hacen caso omiso del juego limpio, con más razón se comportan de peor manera quienes disputan el poder, o quienes son pagados para desquiciar al gobierno y obligarlo a cometer errores en una supuesta represión.
Lo anterior viene a cuento porque desconozco a quién se le ocurrió la ingenuidad de concebir un protocolo anti violencia, que debe ser observado por las fuerzas de seguridad pública del Distrito Federal, como si supiesen cuál es la dosis de agravio que pueden resistir los policías antes de decidirse a poner orden, que para eso los quiere la sociedad.
El Gobierno de esta abusada ciudad dio a conocer el Acuerdo 16/2013, donde se detallan los tipos de manifestaciones públicas que pueden ser marchas, bloqueos, asambleas, arengas o mítines. El protocolo consta de ocho capítulos y tiene como objetivo “mantener el orden público, proteger la integridad física de las personas y de sus bienes, prevenir la comisión de los delitos e infracciones, y colaborar en la investigación y persecución de los delitos”.
De la lectura del plan operativo se colige que las autoridades diseñarán los planes y estrategias operativas, tomando en consideración los posibles factores que intervienen en las diferentes opciones que enfrente para mantener el orden, “con apego a la normatividad vigente del uso de la fuerza pública y respeto a los derechos humanos”. En lo referente al control de multitudes congregadas en marchas y mítines, señala que, en caso de que se observe e identifique a personas agresivas, los uniformados podrán ingresar al contingente y separarlos del grupo. ¿Cómo? ¿Se los pedirán por favor? Si las personas agresivas cometieron un acto ilícito o infracción administrativa, los policías detendrán a los probables responsables y los pondrán a disposición ante la autoridad correspondiente.
Sobre el restablecimiento del orden público, dice que después de agotar los medios pacíficos de solución de un conflicto, los elementos de la SSPDF podrán usar la fuerza, gradualmente, y utilizar armas incapacitantes no letales, e incluso armas de fuego o de fuerza letal.
El optimismo de quien redacto el anterior protocolo es para azorar a cualquiera. Me recuerda el redactado por el ministerio de Relaciones Exteriores del Reino de Suecia, enviado en 1971 a la embajada de México, en el que se pedía que antes de llamar a los servicios de seguridad para desactivar una bomba o un paquete explosivo, los diplomáticos empleados en la legación debían cerciorarse de que, efectivamente, estaban en riesgo de perder la vida.
Con los policías del Distrito Federal hay peligro de que la turbamulta decida jugar a péguele al negro.
QMX/gom