
Posicionamiento de SNAC ante Visión financiera
perdió la oportunidad de quedarse callado
El presidente constitucional de México perdió la oportunidad de quedarse callado. Se regodea en el uso y abuso del poder, en el incumplimiento de su mandato constitucional; extasiado se muestra cuando participa con su odiado enemigo, AMLO, en la polarización de los mexicanos, en fomentar la confrontación. El cargo lo transformó en algo más que un ser mezquino, es un aprendiz de político perverso.
Desconoce la gratitud, pronto olvidó que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación los reconvino política, ética, moral y culturalmente a Vicente Fox y a él mismo, por hacer de las elecciones de 2006 y 2009 unas contiendas inequitativas para favorecer a sus candidatos, para descalificar a la izquierda, para cerrar el paso al priismo. Allí están las notas informativas, nunca desmentidas.
En el cinismo de acusar al PRI de actitudes que él mismo se empeña en ejercer, el presidente de todos los mexicanos no quiere recordar cómo entró a su toma de posesión; prefiere olvidar lo que debe a su antecesor, Vicente Fox; desearía que no quedara constancia en la historia de los acuerdos asumidos entre él y Tony Garza, ni del verdadero, auténtico significado humano de su guerra contra los barones de la droga.
Con esa sonrisa perversa por él dibujada cuando exige que se limpie la elección, que se investigue la compra de votos, que la Fepade intervenga para que aclare ese ilícito, sin detenerse a considerar que, además de su esfuerzo por deslegitimar a EPN, favorece el encono y la confrontación entre sus gobernados, pero a lo peor esa actitud es parte de lo convenido con el entonces embajador de Estados Unidos en México, para garantizar su reconocimiento, su apoyo, a cambio de permitirles mangonear dentro del territorio nacional, como si estuviesen en el garaje de la casa.
Los mexicanos están a unos meses de constatar cómo el largo y protector brazo de Estados Unidos traslada, tan rápido como el próximo 1° de diciembre por la tarde, al ex presidente -que recién habrá entregado el poder- y su familia a esa nación, donde nada lo molestará y donde asumirán su defensa ante la Corte Penal Internacional, pues los supuestos crímenes cometidos en su nombre y en violación a la ley y los derechos humanos, los hizo para atender las indicaciones de sus sponsors.
Me advierte mi gurú: “… Hoy el mundo es más real de lo que esperábamos. Se ha producido una inversión de los datos reales y racionales por su propio cumplimiento… De nada sirve refugiarse en la defensa de los valores, aunque sean críticos, lo cual es políticamente correcto pero intelectualmente anacrónico. Lo que hace falta es pensar esta realización incondicional del mundo, que es al mismo tiempo su simulacro incondicional. De lo que más carecemos es de un pensamiento de la conclusión de la realidad”.
Allí está el presidente constitucional en funciones, en el simulacro incondicional de su propia realidad, donde los valores se invirtieron y la gratitud, al menos, dejó de existir.
QMex/gom