Visión Financiera
Me comentan, consejeros del PRI, que en ese instituto político hay inquietud porque detectan indicios del regreso a las concertaciones; rumor al que no se puede ni debe dar crédito, pues el argumento contrario es válido: votaron y votarán por ese partido que, a pesar de su desprestigio, creó instituciones y ensanchó los caminos de la democracia, como el IFE, primero, y su ciudadanización, después.
Dicen esos connotados priistas que, contra de los merecimientos de Jorge Hank Rhon para ser el candidato a gobernador, el partido propondrá a Fernando Castro Trenti, porque lo que se quiere es que él sea el sucesor de Margarita Ortega Villa, y el PAN se sacará de la manga al sustituto de Ernesto Ruffo Appel.
Sobre Jorge Hank hay numerosas acusaciones y todas las ha superado; de su condición masculina y la idea que él mismo ha propalado sobre su persona y la percepción que tiene de las mujeres, son impedimentos éticos e incluso morales como para quererlo en el gobierno del estado de Baja California, pero si el saldo de su vida pública como empresario deja qué desear, no ocurre lo mismo con el recuerdo dejado por él como presidente municipal de Tijuana.
Lo ocurrido cuando le sembraron armas, cuando lo acusaron del crimen de la novia de uno de sus hijos, sólo muestra el temor que le inspira a la extrema derecha, hecho que lo transforma en un candidato a gobernador con futuro, porque en los próximos años debe cerrarse el espacio al Yunque.
Me dice mi gurú del análisis político: “La población está cansada; cansada de las crisis económica, de la incesante violencia, de las amenazas a su vida, de los rumores, de las conjuras y la confrontación social. La alternancia sólo duró 12 años. Hoy no es añorada ni llorada por nadie. Estuvo debilitada desde el principio por la ausencia de gobiernos eficaces, siempre autosatisfechos en su inexperiencia y de su pertinaz impugnación a una presidencia fuerte. Alternancia que dividió al país, favorecida por las obsesiones de la izquierda para extinguir al PRI”.
Al margen de lo que los priistas piensen de su propio éxito electoral, es necesario considerar que las viejas formas y fórmulas políticas no resuelven las consecuencias de los problemas que en el pasado reciente pretendieron resolver; temer la posibilidad de que Jorge Hank sea gobernador de Baja California, equivale a negar la terrible corrupción panista, como lo muestran los casinos, o la pésima gestión administrativa, como hacen patente los endeudamientos municipales; también equivale a negar los más de 100 mil muertos, los 20 mil desaparecidos, la ola de extorsiones y secuestros.
No es mejor ni peor. No es un Jean Valjean con aspiraciones políticas, pero tampoco un Genaro García Luna ni un Felipe Calderón con las manos rojas de sangre con la justificación de haber prometido que redimirían al país para solucionar problemas ancestrales, cuando lo único que hicieron fue complicar el futuro, ya de por sí incierto.
QMX/gom