El INE y la complicidad
¿De verdad los mexicanos merecieron el saqueo de Pemex, el olvido de dar mantenimiento a las refinerías, y dejar de construir nuevas?
Luego de hecha pública la información, sólo queda autocompadecerse y buscar la manera de desmentir ese lugar común de la política: las sociedades tienen los gobiernos que se merecen.
¿De verdad los mexicanos merecieron el saqueo de Pemex, el olvido, a propósito, dar mantenimiento a las refinerías, o que dejaran de construir nuevas, al estar comprometidos los gobernantes en el empeño de facilitar la importación de gasolinas, que consume buena parte de las divisas producto de la exportación de crudo?
Pareciera que ciertos gobiernos se han ensañado con los mexicanos. El paradigma de esa desolación social y política es Álvaro Obregón, quien, en el afán de ser reconocido a cualquier precio por el gobierno de Estados Unidos, conculcó su mandato constitucional y traicionó a la Revolución, por la cual perdió una mano.
Durante los últimos 24 años se encargaron de depreciar la industria petrolera nacional, tanto por la corrupción que en ella enseñorea, como por el abandono científico y técnico en que la han postrado. 1989 es el parteaguas: hay un antes de la desregulación y un después. El Estado decidió preterir sus funciones, para ponerse al servicio de los poderes fácticos.
El auditor superior de la Federación dio a conocer, en su Informe del Resultado de la Fiscalización Superior de la Cuenta Pública 2011, que “en el país resulta más caro producir que importar la gasolina Magna; en 2011 el costo promedio de elaboración de este combustible fue de 1,569.1 pesos por barril, equivalente a 9.87 pesos el litro, con lo que superó los 1,543 pesos el barril, o 9.71 pesos el litro que costó importarla.
“Es decir, es más barato importar gasolina Magna que producirla en el país, aun cuando México es productor de petróleo y 92.4% de las ventas son de ese combustible”, indicó.
Informó también que no se han realizado los estudios necesarios para abatir los costos de refinación para producir gasolinas y otros combustibles, que se incrementan principalmente por la baja producción, paros forzados de las refinerías impuestos por los altos inventarios de productos terminados, y por tomas clandestinas. Según sus cálculos, se generaron faltantes de gasolina equivalentes a 10 millones 402,500 barriles en el año, con un valor estimado en 16,090 millones de pesos.
Por otra parte, la ASF indicó que Pemex Refinación sólo utilizó en ese año 73.6% de su capacidad instalada en la producción de petrolíferos; estima que en los siguientes años las importaciones de gasolinas seguirán aumentado y hacia 2030 representarán 61.2% del consumo.
Durante 2011 la importación de combustibles representó un valor de 337,812 millones de pesos, de los cuales 191,051 millones, 56.6% del total, correspondió a gasolina Magna.
Esta política petrolera equivale a quemar divisas, y si se cumple el acuerdo de que el petróleo mexicano adquiera valor agregado en las refinerías estadounidenses, significa que el gobierno conculcó su mandato constitucional, pero que la sociedad está muy lejos de tener el gobierno que se merece. Sin embargo, Emilio Lozoya Austin asegura que la depreciación de Pemex es un mito. ¿Será?
QMX/gom