¡A los connacionales se les defiende con acciones!
El demonio está en los detalles, argumentaba mi abuela al constatar la manera en que, uno tras otro, todos sus nietos metimos la pata; es cierto, el principio del fracaso se inicia al descuidar los detalles.
El secretario del despacho de Hacienda, el todo poderoso que con una auditoría puede destruir una fama y ofrecer las pruebas para iniciar demandas por peculado y otras lindezas, se cree ajeno a los malos pasos, a esos yerros cometidos por descuido y que a nada conducen. Se pensó, quizá, como ese personaje de Matrix, Morfeo, capaz de hacer de sus sueños una realidad.
A todo le encuentra respuesta y explicación. En entrevista concedida, o al menos fechada en Gander, Canadá, donde la comitiva presidencial hizo escala rumbo a Europa, habló de la necesidad de desideologizar en los partidos la discusión por la reforma energética, y ¿cómo?, si se busca transformar Pemex precisamente por razones de economía política o de política económica, y la esencia de los partidos radica en la ideología en torno a la cual se fundaron.
Fue breve: En la reforma energética se debe “flexibilizar” la apertura a la iniciativa privada, para que haya una modernización real; los partidos deberán ser menos “ideológicos” en la elaboración de la iniciativa y permitir un rol más activo de los empresarios.
El traspié siguiente es de mayor calado. En reporte de la agencia Quadratín, D. F., nos enteramos: El gran objetivo de la reforma hacendaria será que quienes ganan más, paguen más, y que todos quienes tengan que hacerlo, cumplan con sus obligaciones, ratificó el secretario de Hacienda, Luis Videgaray; abunda la nota periodística: En entrevista radiofónica, el funcionario federal señaló que las misceláneas fiscales o cambios parciales hechos en el país en años anteriores, dejaron un sistema fiscal complejo e injusto.
Si queremos que haya competitividad en las empresas mexicanas, empezando por las más pequeñas, debemos tener un sistema fiscal más simple y más justo, agregó desde Roma, como parte de la comitiva del presidente Enrique Peña Nieto, para asistir al inicio del Pontificado del Papa Francisco.
“Que se cumpla lo que dice la Constitución, así de simple: que los que ganan más paguen más y que todos aquellos que tienen que pagar, cumplan con sus obligaciones, ese será el gran objetivo de la reforma hacendaria”, expuso en declaraciones a Radio Fórmula.
¿Para qué ofrecer lo que no podrá lograr, porque nadie puede imponerlo? ¿Cuál es el objetivo de enarbolar la posibilidad de una reforma fiscal estructural, cuyos parámetros están fuera del alcance del Pacto por México? Seamos sensatos, a través del ISR los empresarios de buena fe y los poderes fácticos jamás contribuirán al desarrollo de México.
Hay otras fuentes de ingreso fiscal de más fácil acceso para el gobierno. Como se ha propuesto hace semanas: una revisión de las tarifas o cuotas que pagan los usufructuarios de las concesiones de todo tipo concedidas por el Estado. ¿Alguien tiene idea de cuánto pagan las televisoras, las radiodifusoras, los aeropuertos, las minas, las telefónicas, las carreteras?
Esta es una opción legítima, pero se niegan a transitarla, de idéntica manera a como están dispuestos a incumplir su mandato constitucional.
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