Alfa omega/Jorge Herrera Valenzuela
Mostró miedo a cómo lo van a medir, porque conoce los pasillos de la prevención del delito. Miedo ante el tamaño del desafío, por ello debió guardar silencio.
Todas las referencias que busco y me llegan de Manuel Mondragón y Kalb hablan de un funcionario enérgico, honrado y honesto, congruente y decidido, pero perdió la oportunidad de decirlo todo con su silencio.
Acudió al Senado de la República, donde en conferencia de prensa sostuvo que el país está en relativa calma, no hay focos rojos, cuando la sociedad mexicana sabe que eso no es cierto, como lo muestran las imágenes de las comunidades guerrerenses y michoacanas que se armaron para protegerse ante el vacío de poder en cuestiones de seguridad pública.
Abundó: “Tenemos conocimiento claro, no me refiero necesariamente al área federal de seguridad, sino a todas las instancias que participamos en el trabajo, estados más complejos, municipios difíciles, circunstancias que tienen que ver con mayor índice de criminalidad, de violencia, pero dentro de todo esto, no puedo acusar que tengamos focos rojos que se hayan despertado ahora al arranque de la administración del señor presidente Enrique Peña Nieto”.
Se refirió a la corrupción de las distintas policías y a la de los penales federales. Advirtió que tendrá tolerancia cero. Puntualizó: “Y creo que la bajé, porque la gente lo dice. Al 100 por ciento no, son muchos policías. La bajé porque dimos y predicamos con el ejemplo. Aquí ya lo dije: tolerancia cero a la corrupción hasta donde llegue, como llegue, cuando llegue y me vale lo que se diga al respecto cuando yo combata a la corrupción. No voy a tolerarla ni a permitirla”.
En cuanto a los centros de reclusión federales, sostiene que no hay autogobiernos y tampoco lo va a permitir, además de que colaborará con los gobiernos estatales para que cuando estas circunstancias se presenten, se puedan resolver, ya que los gobiernos estatales no pueden solos, “y nosotros tenemos que ayudarlos”.
Eligió el camino fácil para vestirse de héroe. Tolerancia cero con la corrupción de los cuerpos de seguridad pública, cuando lo que la sociedad anhela es la cero tolerancia con la delincuencia organizada, con esos facinerosos que destruyen propiedades, que extorsionan, que secuestran, que desaparecen personas y ordenan delinquir y asesinar a sus subordinados, incluso desde sus celdas de reclusión.
En cuanto a los desaguisados de su antecesor, Genaro García Luna, sostuvo: “No voy a hablar de lo que encontré por dos razones: primero, porque el señor Presidente de la República nos instruyó que no andemos en cacerías de brujas y cosas de esas. A análisis, auditorías y situaciones que sobrevengan obligadas, sin duda, y no porque yo les esté formando para ver qué encuentro. Estas son circunstancias que se dan normalmente. No voy a partir de qué estuvo muy mal. Con la vara que midas serás medido, dice el dicho, y yo no quiero ser medido después, de ninguna manera“.
Craso error. No se trata de cazar brujas, sino de sancionar los delitos y resarcir los agravios. Mostró miedo al futuro inmediato, a cómo lo van a medir, porque conoce los pasillos de la prevención del delito y la seguridad pública. Está atemorizado ante el tamaño del desafío, por ello debió guardar silencio y no irse por el camino fácil.
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