El INE y la complicidad
Además de ser panista de pedigrí es boquifloja y lépera. ¿Dónde hubiera llegado, de carecer del parentesco que la hizo merecedora a casi todo?
La consanguinidad es un problema para el círculo del poder del primer nivel. Acá, en este país, quienes lo disfrutan y lo padecen piensan que son como pontífices, se asumen dueños de esa infalibilidad únicamente concedida por el Espíritu Santo. Todo perdonan, todo conceden.
Mariana Gómez del Campo, además de considerarse panista de pedigrí es boquifloja y lépera. ¿Dónde hubiera llegado, de carecer del parentesco que la hizo merecedora a casi todo? Presidenta del PAN en esta ciudad, líder de ese partido en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal y, como un aseguramiento a la impunidad que necesita, hoy es senadora de la República.
Desconozco los motivos de su rabia personal en contra de Lía Limón, porque así es como se interpretan su actitud y su lenguaje; carece del razonamiento necesario para construir argumentos y, entonces sí, descalificar. Necesita recurrir al insulto.
¿Qué hizo por sus correligionarios como presidenta del partido? Únicamente contribuyó, con su actuación, a ratificar la posición del perredismo que, hasta hoy, es imparable.
¿Y al desempeñarse como lideresa de la fracción parlamentaria del PAN? ¿Transformó la legislación de la ciudad? ¿Se empeñó en darle estatus de entidad federativa, después de promover el debate sobre la reforma política y obtener la constitución del Distrito Federal?
Para estimular su gran desempeño político, el gran dedo de Felipe Calderón Hinojosa decidió convertirla en senadora de la República, para que con su enjundiosa tarea legislativa abanderara la posición ideológica de su partido y, así, contribuyera al éxito de las verdaderas, las únicas reformas estructurales necesarias para sacar al país del atraso, como ha quedado patente en su iniciativa presentada en la Asamblea Legislativa, la primera en su género, para combatir el bullying.
Lía Limón, y todos los mexicanos con ella, deben congratularse porque el Poder Legislativo cuenta con una preclara inteligencia en Mariana Gómez del Campo, guía ideológica y política capaz de definir la postura de su partido en unas cuantas palabras: “Al final del día, la caca flota”; con ellas invita al diálogo entre las diversas fracciones parlamentarias en el Senado de la República, garantiza su altura y ofrece un panorama completo de la cultura política y filosófica de la dinastía Gómez del Campo, que durante un sexenio hizo y deshizo en este país, para bienestar de su sociedad.
Jean Pierre Faye, en su Introducción a los lenguajes totalitarios, expone con toda precisión la actitud y el comportamiento verbal de personajes como Mariana Gómez del Campo.
Escribe el autor: “… la designación de Estado total es importante, porque proporciona inmunidad contra todas las tentativas reaccionarias para renovar las legislaciones particularistas del viejo régimen”.
Pronto escucharemos su voz o su silencio en la tribuna del Senado de la República, porque habrá de defender o denostar las reformas estructurales, o quizá prefiera hacerse a un lado, porque embelesada en sí misma, termina por descubrir que ella, Mariana, sí flota.
Carlos Slim: La reforma en telecomunicaciones es todavía una promesa. Incluso aprobada por el Congreso sin más trámite, convertirla en realidad, hacerla aplicable y que los afectados la asuman como suya, requiere de un artesanal trabajo político y, sin embargo, ya tiene perniciosos efectos.
Las acciones de América Móvil perdieron valor, como bajaron la guardia los técnicos de Telmex. Así consta en el reporte ==11507738==, pues desconectaron al usuario de Internet para cederlo al nuevo, que aparece como Tlacopac. El argumento del señor Rodrigo Barragán es algo más que pedestre: “No está sincronizado el servicio”, lo que es recurrente.
¿Cuánto tiempo tardará en llegar una competencia eficiente, o cuánto tardará en hacerse eficiente el servicio que hoy existe?
QMX/gom