
De frente y de perfil
on motivo del atentado terrorista a las Torres Gemelas, se produjeron el Acta Patriótica y otro absurdo conocido como el Registro de Nombres de Pasajeros
Los Estados se empeñan en fomentar una cultura del miedo entre las sociedades, con el propósito de hacerlas dúctiles, manejables, para inhibir el rechazo a las reformas y establecer, así y a rajatabla, el paradigma de la globalización como único camino para aspirar al desarrollo, tentar al futuro, agarrarse con las uñas a la dignidad.
Ese miedo ha favorecido el crecimiento y desarrollo táctico del poder de Estados Unidos sobre los países que están bajo su esfera de influencia, lo que también le facilita imponer criterios de desarrollo económico.
Con motivo del atentado terrorista a las Torres Gemelas, se produjeron el Acta Patriótica y otro absurdo conocido como el Registro de Nombres de Pasajeros, que permite a autoridades estadounidenses determinar quién sí y quién no puede hacer un viaje en avión desde Europa a algún país de América, sin que haga escala en Estados Unidos, es suficiente sobrevolar el territorio de esa nación.
Es compromiso adquirido por parte del Parlamento Europeo, el Registro de Nombres de Pasajeros (PRN), con Estados Unidos, Australia y Canadá, para recopilar información personal de viajeros que reserven vuelos con compañías aéreas de países pertenecientes a la Unión Europea y de Estados Unidos; a dicho registro se ingresan datos personales, información financiera, número de pasaporte y del documento de identidad. Además, integra detalles del vuelo como el itinerario y número de asiento que ocupará cada enlistado.
El País y Excélsior dan cuenta que en España se afectan las rutas que van hacia México, Cuba y Canadá operadas por las empresas Air Europa, Iberia, Air Transat y Aeroméxico.
Se da a conocer la existencia de una lista de personas que pueden atentar con la seguridad de Estados Unidos, elaborada por ese gobierno, y la cual estaría integrada por 21 mil nombres, 500 de ellos de origen estadunidense. El argumento estadounidense es que un pasajero podría secuestrar el avión y cometer atentados terroristas similares a los ocurridos el 11 de septiembre de 2001.
Refieren los diarios mencionados, que la medida no debería aplicarse a los vuelos que terminen en terceros países, como México, Cuba o Canadá, pero que el gobierno de Estados Unidos exige, desde marzo, a todas las aerolíneas europeas que le envíen el nombre, fecha de nacimiento y sexo de los pasajeros antes del embarque, so pena de cuantiosas multas.
El miedo es contagioso, quizá la única enfermedad anímica que pueda convertirse en epidemia, primero, y en pandemia después. Pero contra el miedo funcionan el agravio y el hambre, de allí las demostraciones -cada vez más violentas- en varios países europeos, y las manifestaciones cada vez más numerosas en México.
El proyecto de lo globalización depende más de la reacción social contra el hambre, que de la buena disposición a la obsecuencia y al sometimiento producido por el miedo.
QMX/gom