
Alfa omega
Al sustituir las diferencias ideológicas por las discrepancias económicas y la concupiscencia por el poder, será más difícil obtener consensos.
Durante los próximos años la negociación política en el Congreso será difícil, inestable, azarosa, principalmente porque se perdieron todos los paradigmas ideológicos de las ofertas electorales, fueron sustituidos por referentes económicos ajenos al quehacer político.
El mundo en el que operaban con cierta maestría los líderes legislativos, se modificó bajo sus pies; muchos de ellos ni siquiera se han percatado que la nación en la que crecieron y desarrollaron dejó de ser. Quienes toman las decisiones carecen de proyecto para ella, porque sobreviven quienes se aferran al pasado, a las viejas fórmulas de gobierno, en la creencia de que poseen fórmulas mágicas para resolver problemas que, de suyo, son irresolubles, por ser inherentes a la condición humana de lo mexicano, a la codicia.
El PAN se desfondó en cuanto hicieron de lado los referentes ideológicos y los fundamentos laicos propuestos por sus fundadores, con tal de hacerse con un poder presidencial al que olvidaron estudiar y fueron negligentes al administrar; confundieron la banda presidencia y la silla del águila con varitas mágicas que todo les facilitarían. Perdieron la oportunidad que tuvieron de transformar al país.
El PRI negocia ya, entre sus valedores, el desposeimiento ideológico que lo caracterizó en sus inicios, y que a partir del desprendimiento de la Corriente Democrática lo transformó en un instituto político esquizofrénico, dividida su personalidad entre la voluntad de permanecer fiel a sus principios y las necesidades de conservar el poder, ser gobierno incluso en contra de su naturaleza. Los primeros días de marzo atestiguaremos lo que resulta de su Asamblea.
A quienes negocian la desideologización del PRI y dan por hechas las reformas estructurales, recomiendo la lectura de la siguiente reflexión de Juan José Saer: “… todo esto no es un problema de personas, sino de tendencias globales de la sociedad. Podríamos encontrar mil ejemplos que refuten las afirmaciones que anteceden, pero habría que preguntarse si tantos esfuerzos aislados y sinceros por crear una nueva antropología, capaz de realizar la síntesis de las contradicciones presentes de la especie humana, tienen alguna posibilidad de modificar esas tendencias generales. Todo parecería indicar lo opuesto… en todos los países, aun en los que gobiernan los socialistas e incluso los neocomunistas, se nos sirve ese guiso recalentado, el liberalismo, que sólo un gánster podría aplicar al pie de la letra y que, inversamente, convertiría automáticamente en gánster a quien quiera lo llevase hasta sus últimas consecuencias, así se trate del panadero de la esquina”.
El ejemplo más próximo para alertar a los mexicanos aparece todos los días en los espacios y tiempos más destacados por los medios de información: México no llegó ni debe llegar a los niveles que en España hoy administran con torpeza Mariano Rajoy y sus adláteres.
Este es el contexto en que se moverá la negociación en el Congreso, porque las diferencias ideológicas y políticas pueden conciliarse, pero las discrepancias económicas, alumbradas por la concupiscencia y la codicia, conducen al rompimiento.
QMX/gom