¡A los connacionales se les defiende con acciones!
Si su conceptualización es correcta y la manera de implementarla es acertada, la Cruzada Nacional Contra el Hambre lleva de manera implícita el combate a la pobreza y la marginación. De lo contrario, las políticas públicas en el área social sólo serán asistencialistas y captadoras del voto.
A casi 5 meses de haber asumido el cargo EPN, continúo en la creencia de que tiene todo a favor para hacer un buen gobierno, precisamente porque también todo está en contra. El caso del combate a la pobreza es sintomático de lo que ocurre en México, pues se han gastado más de 36 millones de pesos por cada persona en esa situación en 42 años; es decir, la burocracia tiene un costo mayor que los resultados obtenidos. La marginación, además de aferrarse a la piel de la patria, se profundiza.
Por nota de Susana González G., la sociedad puede enterarse de la información proporcionada por el Centro de Análisis Multidisciplinario de la UNAM, que da cuenta de que durante el sexenio de Echeverría se asignaron 50 mil millones y en el de Calderón 900 mil millones a los programas de combate a la pobreza; puede constatarse que nada ha cambiado.
Desglosa la información del organismo universitario: “Los gobiernos federal y estatales invirtieron 36 millones 366 mil 541 pesos por cada pobre de este país durante los últimos 42 años, pero en lugar de disminuir la pobreza ésta aumentó 58.2 por ciento en el mismo periodo; en lo que va de la administración actual del primero de diciembre de 2012 al primero de abril de 2013 los salarios de los trabajadores acumulan una pérdida de 6 por ciento en su poder adquisitivo.
“Lo anterior no es sino consecuencia de los constantes incrementos a las gasolinas, gas doméstico, ajustes de tarifas eléctricas, incremento en el precio de los alimentos, así como en el transporte público, mientras que los salarios mínimos sólo aumentaron 3.4 por ciento”.
Simplifican demasiado, de idéntica manera a como se buscan eufemismos para ocultar que en este país se muere de hambre y a causa de enfermedades absolutamente curables. Nadie habla de la voracidad de los poderes fácticos y de lo equívocas que son las políticas públicas en lo social, pues en el afán de convertirlas en clientelares para asegurar el favor del voto, olvidan que la lealtad política únicamente se obtiene cuando el Estado garantiza bienestar y consolida la igualdad de oportunidades a través del empleo y la captación fiscal, así como de la seguridad jurídica.
Se preguntan y sostienen los reportes informativos de la institución universitaria: “¿Quiénes salieron beneficiados durante todo este largo tiempo usando el argumento del combate a la pobreza? Es obvio como el actual funcionamiento de las instituciones del Estado absorben más recursos de los que derraman a la población”; sostiene que el gobierno actual “evidencia nuevamente que el interés ha sido mediático y no por solucionar los problemas de fondo”, pues para encontrar soluciones a largo plazo, se debe partir de que el problema del país es estructural y no de reformas estructurales. Advierte que los recursos destinados al hambre y el combate a la pobreza “se sumarán una vez más a la larga suma de dinero de estos 42 años, mientras el número de pobres se incrementa y sus condiciones de vida empeoran”.
Durante 2014 la sociedad podrá constatar la diferencia entre promesa cumplida y realidad.
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