
Alfa omega
Restituir al Estado su poder, regresar a la Presidencia las atribuciones constitucionales, pasa por resolver la contradicción ideológica entre el PRI y sus políticas públicas como gobierno.
La información fue escueta. César Camacho, durante una reunión de trabajo con la dirección nacional de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC), encabezada por su secretario general, senador Isaías González Cuevas, pidió a las organizaciones sindicales cerrar filas participando y apoyando la realización de la XXI Asamblea Nacional Ordinaria, tanto en lo municipal y estatal como a nivel nacional.
En el encuentro, en el que participaron representantes de la CROC de varios estados del país, el presidente del PRI informó que la Asamblea permitirá dos cosas a los priistas: hacer más sencilla la vida del Partido y actualizar su posición frente a los grandes problemas del país.
Los enterados afirman que se ha decidido acabar con la esquizofrenia del PRI, manifestada en la contradicción probada que hay entre el contenido y el compromiso de los documentos básicos del organismo, con el diseño y construcción de políticas públicas de los gobiernos que ha llevado al poder desde 1982.
Quienes así opinan no están alejados de la verdad. Lo cierto y probable es que la Revolución nació traicionada por quienes la hicieron desde las armas, no desde las leyes. Si el derrocamiento de Porfirio Díaz fue porque el sufragio fuese efectivo y dejara de existir la reelección, Álvaro Obregón fue el primero en echar por tierra ese sueño; en cuanto al respeto a la voluntad del elector, a Plutarco Elías Calles, que fue un constructor de instituciones, le tenía sin cuidado el voto. La historia deja constancia de ello en el maximato.
La segunda etapa de la conculcación del legado de la Revolución, inicia con el desmantelamiento del poder del Estado, que también es y está sustentado en un poder económico, en la fuerza de sus activos; la otra vertiente es la disminución gradual, pero constante, de la institución presidencial y sus atribuciones constitucionales y metaconstitucionales.
Para restituir al Estado su poder, para regresar a la Presidencia de la República las atribuciones constitucionales y metaconstitucionales que le faciliten y permitan poner orden en el caos, es necesario resolver una contradicción ideológica interna entre el PRI y las políticas públicas de sus gobiernos, pues de lo contrario la actuación de los políticos convertidos en funcionarios públicos será vergonzante, al considerar, en su fuero interno, que traicionan los principios fundamentales de su partido, los de la Revolución y los de la educación con la cual fueron formados, a través del texto único y gratuito.
Dicen los enterados que resolver esa contradicción ideológica interna, es la tarea de la próxima XXI Asamblea General Ordinaria del PRI, ¿se atreverán? Ya trabajan en ello, según informaciones publicadas.
De no resolverse, la puerta que Felipe Calderón Hinojosa abrió a la violencia, a las armas y a la confrontación entre los mexicanos, nunca podrá cerrarse, y el fuego de la estupidez consumirá al futuro de la nación, la idea de patria, la posibilidad de bienestar.
QMX/gom