Juego de ojos
El candidato triunfante se comporta ya con el aura otorgada por el éxito y la proximidad del poder. Está bien, indica que habrá firmeza en la toma de decisiones, capacidad de negociación, porque está consciente EPN que toda fisura en la búsqueda de consensos para lograr las reformas estructurales en el área económica, por pequeña que sea, regresará a los mexicanos a la confrontación en que los sumergió el encono AMLO-PAN.
Confrontada como está la nación, buscar consensos y obtenerlos para sacar a México del marasmo en que se encuentra, es tarea de orfebrería política, no es asunto de imposición de criterios. Ejercer el oficio de gobierno en ese campo, sólo se facilitará si, a la par de las reformas estructurales, se conceptúa e inicia la reforma del Estado, para, ahora sí, hacer la transición y no nada más flotar en la alternancia.
EPN enumera lo urgente: reformas laboral, energética, fiscal y de seguridad social. Todas son necesarias, todas afectan intereses, la única manera de resolver ese obstáculo es con la orfebrería política y, después de una buena negociación, que cada cual asuma sus responsabilidades.
El candidato triunfante no puede darse el lujo de esperar al 1° de diciembre para empezar a trabajar, porque, como observa una atenta lectora que me hizo llegar su alarma por la situación financiera del IMSS, expresada en textos de Alberto Barranco. Las prioridades son unas antes que otras, sobre todo si de seguridad social y pensiones se trata.
Alerta Alberto Barranco, en relación al informe anual del Instituto, presentado tarde: “La idea, naturalmente, fue empatar la información con el proceso electoral, en afán de diluir su impacto de cara a la opinión pública.
“La tónica habla de recortes fallidos o movimientos de apuntalamientos que resultaron balines. De pronto, en el absurdo de tapar agujeros abriendo otros, se recurrió a tomar recursos aparentemente superavitarios de los fondos del organismo, para cubrir los deficitarios… En la punta del abismo, hete aquí que el organismo está a punto de agotar sus reservas para enfrentar situaciones extraordinarias. Más allá del desastre financiero, el Instituto enfrenta un problema moral, dadas las acusaciones de corrupción, de contrataciones innecesarias de personal de confianza, a título de asesores, para no hablar de colocación de delegados sin más mérito que su filiación panista”.
Después, la información escueta: El pasivo laboral del IMSS es el más cuantioso de todas las instituciones públicas del país; equivale a 9.9 por ciento del PIB, o a 38 por ciento de todo el Presupuesto de Egresos de la Federación para este año, reveló en su informe al Senado y a la Cámara de Diputados.
“En los últimos 12 años el pasivo laboral a cargo del Instituto, medido en términos de las obligaciones adquiridas, ha crecido a una tasa real de 12.6 por ciento en promedio anual, pasando de 344 mil millones de pesos en 1999, a mil 421 mil millones en 2011 -un billón 421 mil millones de pesos- (9.9 por ciento del PIB de ese mismo año)”.
De ese tamaño son los trabajos de Hércules que esperan a EPN.
QMex/gom