La nueva propaganda es tan vieja como siempre/Felipe de J. Monroy
Dijeron hasta el cansancio que la economía mexicana está blindada, que la recesión europea le pela los dientes, pero parece ser que siempre no.
Los políticos mexicanos, cuando pueden eludir la verdad en territorio nacional, lo hacen; otro gallo les canta al acudir a encuentros obligados para intercambiar puntos de vista o, de plano, rendir cuentas; también al asistir a visitas de Estado, porque la globalización en materia económica impone la transparencia frente a los organismos financieros internacionales.
Hubo de ir a Tokio, Japón, Agustín Carstens, para reconocer, durante la reunión del Fondo Monetario Internacional, que la economía mexicana no está tan blindada, por lo que puede deducirse que la recesión europea afectará los planes de recuperación ofertados por el próximo gobierno.
Tal como lo reportaron las agencias de noticias internacionales y los enviados de los medios mexicanos, sin rubor alguno por lo reiteradamente negado en México, Agustín Carstens tuvo que hacer de tripas corazón y reconocer que la crisis de Europa afecta al país; además, afirmó que la contaminación se transmitió por el canal directo del comercio, la contracción de la inversión europea directa y la elevada volatilidad.
Los notas bajadas de Internet y la lectura de lo reportado por los enviados especiales, permiten a la sociedad mexicana enterarse de que durante su intervención, en el foro “Fortaleciendo la eurozona”, del Fondo Monetario Internacional, el gobernador del Banco de México aseguró que algunas corporaciones europeas están “pensando su situación, han reducido sus activos, contraído la inversión o incluso salido del mercado”.
“La crisis se ha transmitido a través del canal del comercio mundial, de la volatilidad financiera, también porque ha provocado una importante pérdida en el dinamismo de Estados Unidos, que es nuestro principal socio comercial. También así nos pega.”
Carstens puntualizó que “no nos preocupa la inversión financiera en valores gubernamentales de largo plazo que se ha ido acumulando antes y después de la crisis, porque mucha de ella proviene de fondos institucionales, pensiones, seguros.
“No son inversionistas de un día. Pero hay otros que llegan porque buscan rendimiento, al menor rumor o incertidumbre, sobre todo ligada a la renovación de bonos soberanos europeos o al saneamiento de la banca, o a las decisiones fiscales o presupuestales que se retardan, salen en un segundo para irse a valores que siguen siendo considerados seguros, como los bonos estadunidenses y japoneses”.
Lo anterior me remite a una reflexión de Tony Judt: “…, no es cierto que una economía cada vez más globalizada tienda a la nivelación de la riqueza, como pretenden los admiradores más liberales de la globalización. Si bien es cierto que las disparidades de riqueza y pobreza se hacen más marcadas entre países, dentro de ellos aumentan. Es más, la expansión económica sostenida en sí misma no garantiza ni igualdad ni prosperidad; ni siquiera es una fuente fiable de desarrollo económico”.
Pero acá no pasa nada, la economía mexicana está blindada, y la recesión europea le pela los dientes, dicen.
*Comercio interno. Cada año se pierden 8 mil millones de pesos por robo, en tiendas departamentales y de autoservicio. Es para ofrecer alternativas y resolver juntos el problema, que la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales organizó el XXII Simposio de Prevención de Pérdidas y Mermas, con el objetivo de compartir mejores prácticas y propiciar un ambiente sano de negocios. Durante tres días se reunieron más de 200 participantes de 103 cadenas comerciales, participaron 17 empresas expositoras en seguridad y 24 conferencistas.
QMX/gom