
Alertan sobre lluvias intensas en Oaxaca y Veracruz
El panismo es su cómplice, pues desde Hacienda entregaron, con recursos fiscales, las cuotas sindicales, sin conocerse el número de maestros, dicen.
En política, como en la vida de los simples mortales, lo que parece es. Para que el poder sea respetado, lo importante es la percepción, sobre todo cuando el propósito es reconstruir el Estado, recuperar, para la institución presidencial, las atribuciones constitucionales con las cuales EPN quiere gobernar.
No hay vuelta de hoja, los hechos allí están. El panismo engañó con la verdad a los mexicanos; bajo el argumento de que la delincuencia organizada se había convertido en un Estado dentro del Estado, Vicente Fox y Felipe Calderón hicieron un pacto con Elba Esther Gordillo, para dar el SNTE el lugar que atribuyeron, durante 12 años, a los barones de la droga.
Si los especialistas hacen las evaluaciones conducentes, podrá determinarse que resulta más costoso para el futuro de México el poder del SNTE como supletorio del Estado, que el dinero negro con el cual la delincuencia organizada corrompe, reactiva la economía y acelera planes sociales donde el gobierno olvidó a los ciudadanos.
Imposible dar espacio a interpretaciones equívocas. Cuando Elba Esther Gordillo descalifica y se opone a la reforma educativa del presidente Enrique Peña Nieto, al asegurar que no aceptará ninguna medida que “lesione los derechos” del magisterio, disminuye, en los hechos y para la percepción de la realidad, la autoridad legítima del Estado, representada por el gobierno, cuya cabeza es la Presidencia de la República.
Cuando Elba Esther Gordillo advierte: “no estamos en venta, estamos en pie de lucha por las demandas del magisterio”, y aclara que “no es con coerciones ni amenazas como se van a tener mejores resultados”, de ninguna manera se está dirigiendo a Juan, para que lo entienda Pedro; tampoco se presta a ser instrumento del gobierno para actuar como espantajo contra la CNTE y otros grupos radicales. No, no se equivoquen, ahora lo que pretende ya no es sustituir a Roberto Madrazo ni a Josefina Vázquez Mota, a lo que aspira es a decirle a Enrique Peña Nieto: quítate tú, para que me ponga yo.
Amenaza la Gordillo: “No permitiremos que se lesione en lo más mínimo la dignidad de ningún maestro”, pero poco parece importarle la dignidad de los educandos, avasallada por miles y miles de maestros incapaces de pasar un examen que demuestre su preparación, que demuestre su autoridad profesional y ética para ser mentores de las nuevas generaciones, que merezca la confianza de poner en sus manos y en su inteligencia el futuro de México.
Vicente Fox y Felipe Calderón son cómplices del daño causado por el SNTE y Elba Esther Gordillo a México, pues fue en sus gobiernos que los secretarios de Hacienda entregaron a la lideresa cuantiosos recursos fiscales en calidad de pago de las cuotas sindicales, y hoy nos enteramos que se desconoce el número exacto de docentes y de escuelas.
Hicieron, de Elba Esther Gordillo y sus maestros, un Estado dentro del Estado.
Ni Luis N. Morones acumuló el poder que ella tiene.
QMX/gom