
Alfa omega
Gregorio Ortega Molina
El planteamiento de EPN es el primer paso para evitar el saqueo y poner orden para que el Estado reasuma sus funciones.
Los políticos del mundo carecen del más común de los sentidos: el sentido común, pero acá se cuecen aparte, o como decía mi abuela: se hacen los que la Virgen les habla, en especial la de Guadalupe.
Escuchada la entrevista que Carmen Aristegui hizo a Emilio Chuayffet, recordada la instrucción para que el INEGI realice un censo de maestros y escuelas, no salgo del estupor ante la más lógica de las interrogantes y la más viable de las respuestas.
¿Cómo y por instrucciones de quién se entregaron, durante el panato, las cuotas sindicales correspondientes al SNTE, si se desconoce el número de docentes? ¿Cómo se designan los directores de los planteles y su plantilla docente, si afirman no tener ni idea del número de escuelas?
No debe olvidarse que los maestros, los dóciles del SNTE, los violentos de la sección 22, y los de la CNTE, todos, reciben dinero fiscal; es decir, son empleados de los mexicanos y, por consiguiente, los mexicanos están en posición legal de exigir que expliquen las labores que realizan a cambio de su salario, y cuánto de ese dinero corresponde a la cuota sindical. Se trata de recursos públicos, no de dinero privado.
Los señores Gil Díaz, Carstens, Cordero y Meade debieran explicar, con lujo de detalles, montos y destinatarios de los recursos fiscales considerados cuotas sindicales, y en base a qué nómina o plantilla de docentes afiliados al SNTE, la sección 22 y la CNTE, se entregaron esas multimillonarias sumas de dinero.
Con toda certeza puede sostenerse que se mostrarán incapaces de hacerlo, lo que de inmediato los hace cómplice de mal manejo de recursos del erario público, si no es que justiciables de peculado, porque pusieron a disposición de líderes sindicales recursos fiscales sin justificación legal satisfactoria, pues se desconoce el número exacto de maestros que dependen del servicio educativo proporcionado a través de la SEP.
El complemento de esta interrogante está en el número de planteles. ¿No saben cuántos hay? ¿Desconocen si son propiedad de la SEP o son rentados? ¿Pagan los servicios municipales? ¿Quiénes reciben los desayunos escolares y a quiénes los destinan?
He sido testigo de cómo esos alimentos necesarios para que los niños tengan los nutrientes mínimos para aprender, terminan en los basureros municipales, como pude constatarlo en el de Ciudad Altamirano, Guerrero.
El desperdicio de recursos es enorme. El planteamiento de EPN como presidente constitucional y referente a la necesidad de reordenar administrativamente el sector educativo, no es una reforma educativa, pero sí el primer paso para evitar el saqueo de recursos y poner orden para que el Estado reasuma sus funciones.
Si colocaran en su dimensión real esa instrucción presidencial, si se difundiera la idea de la necesidad de regresar al Estado el poder que los presidentes del PAN entregaron al SNTE, la idea sería más clara, menos pretenciosa, y lograría el apoyo completo de la sociedad.
QMX/gom
LA COSTUMBRE DEL PODER: SNTE, las cuotas – Al Momento Noticias.