LA COSTUMBRE DEL PODER: Tomás Ángeles

09 de agosto de 2012
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Gregorio Ortega

Son muchas las maneras en que puede adjetivarse la procuración de justicia por consigna. Dudo entre villanía e infamia, lo que carece de importancia ante lo que significa semejante acto de traición a los elementales principios del Estado de derecho.

Para colmo se juntaron el hambre con la necesidad, pues recientemente la Corte Suprema de Justicia de este desvalido país, en aberrante resolución del Pleno de ese cuerpo colegiado -para obsequiar las más siniestras intenciones de la Procuraduría General de la República, por no decir de Marisela Morales y sus patrocinadores-, se da validez legal y constitucional al secretismo en procuración de justicia, pues las averiguaciones previas de casos como el que compete a los militares indiciados, puede reservarse su consulta hasta por 12 años.

La sociedad desconoce y nunca sabrá, con certidumbre, cómo y por qué fueron consignados ante el juez Raúl Valerio Ramírez, titular del Juzgado Tercero de Distrito en Materia de Procesos Penales Federales, con sede en Almoloya de Juárez. El futuro de la imagen, confianza y constitucionalidad del Poder Judicial de la Federación reposó en la consciencia de dicho juzgador, pues a él, y sólo a él, competía atender o negar lo que a todas luces es un ominoso caso de justicia política, o de judicialización de los conflictos de poder.

Al alinearse el juez a la voluntad del Ejecutivo, el futuro de las Fuerzas Armadas y de la lucha contra la delincuencia organizada, el respeto a las instituciones y la confianza en los gobiernos saliente y entrante, se fue al traste, porque con el conflicto poselectoral buena parte de la sociedad está caliente de estado de ánimo, y si a ello suman lo que a todas luces es un agravio, lo único que logró el juzgador al dictar el auto de formal prisión, es enfrentar a quienes gobernarán a partir del próximo primera de diciembre, con buena parte de la sociedad y con el Poder Judicial.

Lucio Cornelio Sila dice a Cicerón -en la biografía escrita por Taylor Caldwell-: “Si me fuera posible, ahora mismo, aunque eso me costara la vida, trataría de empezar a hacer de Roma todo lo que fue. Una Roma con sus leyes, sus virtudes, su fe, honestidad, justicia, caridad, virilidad, espíritu de trabajo y sencillez. ¡Pero ya sabes que moriría en el empeño en vano! Una nación que se ha hundido en el abismo en que ahora se encuentra Roma por su propia voluntad, torpeza, ambición y codicia jamás sale de ese abismo. Jamás pueden quitarse las manchas y señales de la lepra y el ciego no puede recuperar la vista; los muertos no vuelven a levantarse…”

Así está el tamaño de la responsabilidad de Raúl Valerio Ramírez. Tiene mandato constitucional, es independiente, se supone que además de ser un hombre de sentido común, lo es de luces, de otra manera no lo hubieran elegido en el “sorteo” de distribución de casos para hacerlo el responsable de lo que será el juicio más importante en México contra integrantes del Ejército. Conceder el auto de formal prisión fue abrir un poco más la puerta del intervencionismo estadounidense; condenarlos, será la sumisión total del Poder Judicial de la Federación al Ejecutivo y a la idea mediática que de la justicia tienen en Estados Unidos.

QMex/gom

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