Suemi Rodríguez/Quadratín México
La inteligencia artificial, particularmente los modelos a gran escala generan costos ambientales debido a los recursos computacionales masivos necesarios para su entrenamiento. Estos costos a menudo son significativos y pueden tener un impacto considerable en el medio ambiente. A continuación, mencionamos algunos de ellos.
- Fase de entrenamiento: entrenar modelos de inteligencia artificial de última generación requiere una enorme potencia computacional. Estos modelos a menudo están entrenados en hardware especializado. El proceso de capacitación implica cantidades masivas de datos que se procesan a través de algoritmos complejos, que consumen una cantidad significativa de energía. Este consumo de energía contribuye a las emisiones de carbono, especialmente si la energía proviene de fuentes no renovables como el carbón o el gas natural.
- Infraestructura de los centros de datos: la ejecución de modelos de inteligencia artificial a gran escala requiere una infraestructura extensa del centro de datos, incluidos servidores, sistemas de enfriamiento y otro hardware asociado. Estos centros de datos consumen grandes cantidades de electricidad para mantener los servidores en funcionamiento y frescos, lo que lleva a una huella ambiental sustancial.
- Emisiones de carbono: la electricidad utilizada para alimentar los recursos computacionales para la capacitación y la inferencia a menudo proviene de fuentes basadas en combustibles fósiles. Las emisiones de carbono resultantes de este consumo de energía contribuyen al cambio climático y la degradación ambiental.
- Iteraciones y experimentos del modelo: el desarrollo y la refinación de los modelos de inteligencia artificial a menudo involucran numerosas iteraciones y experimentos, cada uno requiere recursos computacionales significativos. Los investigadores pueden ejecutar múltiples experimentos simultáneamente, aumentando aún más el consumo de energía y el impacto ambiental.
- Residuos: el uso ineficiente de los recursos computacionales durante los experimentos de capacitación o ejecución puede conducir al desperdicio. Por ejemplo, si los trabajos no están optimizados para utilizar la potencia informática disponible de manera eficiente, puede dar lugar a recursos inactivos o un consumo de energía innecesario.
- Falta de transparencia: el impacto ambiental del entrenamiento de modelos de inteligencia artificial a gran escala a menudo no se revela ni se entiende por completo. Muchas organizaciones no proporcionan información detallada sobre el consumo de energía o la huella de carbono asociada con sus proyectos, lo que lleva a una falta de transparencia con respecto a los costos ambientales.
Abordar estas preocupaciones ambientales requiere un enfoque multifacético que involucre tanto la innovación tecnológica como las intervenciones políticas. Los esfuerzos para desarrollar algoritmos más eficientes en energía, optimizar la utilización de hardware, aumentar el uso de fuentes de energía renovables y mejorar la transparencia con respecto al impacto ambiental son esenciales para mitigar los costos ambientales asociados con la inteligencia artificial. Además, los formuladores de políticas deben considerar regulaciones o incentivos para fomentar la adopción de prácticas más sostenibles en el desarrollo y el despliegue de inteligencia artificial que usen.