El concierto del músico/Rodrigo Aridjis
En los próximos días, el Presidente Andrés Manuel López Obrador, recorrerá Veracruz y Oaxaca, acompañados por legisladores de Estados Unidos, según él, se van a tratar varios temas, como el migratorio, el tratado comercial con EEUU y Canadá, además de la seguridad. Señalaba que vendrán alrededor de una docena de legisladores.
Esta es una gran oportunidad para el presidente para tratar temas en un enfoque más social. Los legisladores tienen esa naturaleza de ser representantes de la gente, de una ciudadanía estadounidense que también está padeciendo los estragos de problemas que parecen no tener contención.
Uno de ellos, la violencia provocada por un nuevo trasiego, el de Fentanilo. Si bien el presidente sugirió que se busque reemplazar esta sustancia, para evitar que se use para drogar a la juventud, hay voces que señalan que sólo provocaría un mercado negro de esta sustancia, así que, si estando a la vista de todos no tiene control, una vez en la clandestinidad, no conoceríamos los alcances mortales de su uso.
Mientras este debate ocurre, las relaciones están en un momento muy frágil. Cuatro ciudadanos estadounidenses fueron secuestrados en Matamoros, De los cuatro, dos de ellos fallecieron, una fue encontrada herida y la otra con vida. Sin embargo, surgieron diversas teorías de lo que hacían estas personas en territorio tamaulipeco, y no era una visita turística, tenía sus rasgos ilegales.
En otro flanco, y teniendo como referencia el juicio que se llevó a cabo contra García Luna, el presidente López Obrador señaló que la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) del gobierno de Estados Unidos, debería clarificar cuál fue su actuación y colaboración con el ex titular de Seguridad Pública; y volvió a señalar que si bien hay colaboración en materia de seguridad con el gobierno de Joe Biden, se da con base en el respeto a la soberanía, por lo que permitir la actuación de la DEA en el país, sería una intromisión.
Recientemente, Ken Salazar aseguró que “Lo más fundamental… es que somos socios, Estados Unidos y México, para siempre. A veces hay inquietudes y desacuerdos, pero sabemos que estamos unidos por la geografía, nuestra gente, nuestras economías”, estas declaraciones fueron después de haber participado en una reunión con el López Obrador y legisladores de los Estados Unidos.
Pero todo esto se desarrolla en medio de dos polémicas, la de la iniciativa propuesta por integrantes del Partido Republicano para combatir al narcotráfico en México, en la cual se declaran como terroristas a los cárteles; y la ocurrencia del presidente de decir que México es más seguro que Estados Unidos. Entonces, lo que tenemos en frente es un diálogo que no ha fructificado, pareciera un juego de poderes, que mientras más tarde, mayores consecuencias mortales puede tener. Cada reunión del presidente con representantes o autoridades de Estados Unidos es la oportunidad de replantear el rumbo. Hoy se tiene que hablar de seguridad regional y cuando hablemos de la soberanía, recordemos que los nuevos dictadores son la violencia y el crimen.