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CIUDAD DE MÉXICO, 2 de mayo (Quadratín México).- La Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) festejará a los niños y niñas con el decimoprimer programa de su temporada anual de conciertos 2013, integrado por diez piezas de John Williams y Patrick Doyle que forman parte de la banda sonora de la saga fílmica que tiene como protagonista al niño mago Harry Potter. Así como “El Aprendiz de brujo” de Paul Dukas.
Esto no es un cine sino una sala de conciertos. Ello impide, sin embargo, hacer aquí una breve pero sustanciosa lista de películas, cual si fuera la programación de algún imaginario cine-club. Lea usted la lista, y trate de recordar cuáles de estas películas ha visto… y oído.
Encuentros cercanos del tercer tipo, El imperio del sol, La guerra de las galaxias, El imperio contraataca, El regreso del jedi, E.T. El extraterrestre, Indiana Jones y el templo de la perdición, Tiburón, Jane Eyre, Cazadores del arca perdida, Supermán, Las brujas de Eastwick, La amenaza fantasma, Fitzwilly, Imágenes, Tomás y el rey, la saga de Harry Potter.
Lo primero que salta a la vista en esta enumeración fílmica es que es una lista ecléctica y variada; hay en ella películas buenas, regulares y malas; cintas taquilleras y cintas olvidables; filmes interesantes y filmes aburridos. Pero sobre todo, en esa lista se encuentran algunas de las películas más productivas de todos los tiempos en lo que se refiere a sus ganancias en taquilla y en renta de videos, además de la venta toda clase de mercancías paralelas.
Esto, sin duda, ha hecho muy feliz (y probablemente muy rico) al único personaje que aparece en la lista de créditos de todas esas películas: el señor John Williams, compositor de la música de los filmes citados, además de muchos otros, y uno de los músicos más reconocidos y premiados en el ámbito de las partituras cinematográficas.
En particular, en esa lista destacan muchas de las películas producidas y/o dirigidas por Steven Spielberg y George Lucas, los niños terribles (aunque ya no están tan niños) de Hollywood, quienes se han hinchado de billetes gracias a sus casi siempre infalibles fórmulas fílmicas. ¿Quién es, pues, este John Williams de tanto éxito en las músicas de cine?
Además de obtener cinco Oscares por sus partituras (Tiburón y La guerra de las galaxias, entre otras) y 20 premios Grammy (hasta el año 2008), Williams ha obtenido algunos interesantes ingresos por la venta masiva de los discos que contienen sus músicas de película.
El caso es que entre película y película, John Williams se ha dado tiempo para componer algo de música de concierto; entre otras cosas, dos sinfonías y sendos conciertos para violín, flauta, clarinete, violoncello, fagot, tuba, clarinete, corno y trompeta, además de varias piezas de música de cámara.
En una entrevista realizada por su colega Irwin Bazelon, Williams declaró que su entrada al mundo de la música de cine se debió, ante todo, a que su eficiencia en el piano y su habilidad para leer partituras a primera vista le permitieron conseguir trabajo de estudio en la grabación de músicas fílmicas de otros compositores como Alfred Newman, Jerry Goldsmith y el propio Irwin Bazelon.
Entre los éxitos más recientes de John Williams se encuentran sus partituras para las ocho entregas de la serie fílmica sobre uno de los personajes más notables de la ficción contemporánea: el niño-mago Harry Potter. Además del éxito formidable de las aventuras de Harry Potter y aspirantes a hechiceros que le acompañan en la Escuela Hogwarts, este fenómeno se ha visto rodeado de numerosas polémicas.
El aprendiz de brujo
No cabe duda que ciertas músicas, a su paso por el cine, deben su rotundo éxito a la presencia intensa, comprometida y brillante de un excelente actor o actriz. Tal es el caso el scherzo sinfónico “El aprendiz de brujo” de Paul Dukas, titulado en francés “L’apprenti sorcier”.
El actor en cuestión comenzó su carrera siempre ascendente en el cine mudo, y su primer gran éxito lo obtuvo con su primera película sonora, titulada Steamboat Willie y producida en el año de 1929. A partir de ese año y esa película, el nombre de Mickey Mouse trascendió las fronteras de los Estados Unidos y se hizo famoso en el mundo entero. Y desde ese momento, el señor Mouse se volvió muy exigente y selectivo respecto a los proyectos fílmicos que se le ofrecían.
A pesar de todo, Mickey Mouse no ganó el Oscar de 1940 a la mejor actuación; se dice que las envidiosas escobas que fueron sus coprotagonistas en Fantasía organizaron una campaña de chismes y rumores malintencionados en su contra entre los miembros de la Academia.
Por su parte, Paul Dukas vivió muchos años con la esperanza de que su triunfo con “El aprendiz de brujo” en la película Fantasía le permitiera abrirse paso definitivamente en Hollywood, y esperó infructuosamente a que lo llamaran para componer las partituras de La sirenita, El jorobado de Notre Dame, El rey león, La bella y la bestia, Pocahontas, Aladino y Hércules, pero los estudios de Walt Disney nunca más se acordaron de él.
Y así, Paul Dukas terminó su vida y su carrera, convencido de que si bien El aprendiz de brujo era su partitura más famosa y conocida, era injusto que el público (dentro y fuera de Hollywood) desconociera e ignorara otras composiciones suyas. De hecho, hasta nuestros días, la mayoría de los melómanos que han escuchado El aprendiz de brujo de Paul Dukas ignoran que compuso también, entre otras cosas, una sinfonía, una sonata para piano, la bucólica Villanella para corno y piano, el ballet La péri, la ópera Ariadna y Barbazul, un par de cantatas, una obertura, un preludio, unas variaciones sobre un tema de Rameau y un puñado de obras más.
La historia señala que Dukas, muy exigente y autocrítico, compuso poco, y que destruyó un buen número de partituras suyas por no considerarlas dignas de su talento. Quizá todo ello se debió a su frustración al no ser contratado por Hollywood como compositor de cabecera de Mickey Mouse.
Este programa de la Orquesta Sinfónica Nacional, será conducido por el director huésped Eduardo González. Participarán actores, bailarines y titiriteros para darle vida a la historia de los pequeños hechiceros, acompañados por la Schola Cantorum. El concepto, diseño y dirección de escena corre a cargo de César Piña. La cita es el viernes 3 de mayo a las 20:00 horas en la sala principal del Palacio de Bellas Artes.
QMX/fm