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CIUDAD DE MÉXICO, 12 abril (Quadratín México).- Lúcida y vital, sonriente y seductora, la maestra Dolores Castro celebró hoy su cumpleaños 90. “¿Qué cómo me siento y qué es la poesía? Bien y feliz; la poesía es una vía de comunicación de todo lo que es emoción, es decir, una experiencia que mueve al mundo”.
Sabedora que la cultura toca todo el quehacer humano, y de manera puntual a la enseñanza, la poeta, narradora, ensayista y crítica literaria nacida en Aguascalientes el 12 de abril de 1923, advirtió que “la educación es un factor decisivo para resolver los diversos problemas que aquejan al país”.
Tras una breve charla con Notimex, “porque ya me están esperando para dar comienzo” a la celebración de su cumpleaños, hijos, nietos, amigos, alumnos y exalumnos le brindaron una muy calurosa recepción en el Centro Cultural Isidro Fabela, bella residencia que es un monumento histórico del siglo XVII, localizado en el añejo San Ángel.
La bienvenida se la dieron las voces infantiles del Coro de niños de la escuela Frida Kahlo, dirigidos por la maestra Raquel Castro. Le cantaron emotivas melodías que hicieron asomar las lágrimas de dos o tres señoras sensibles, amigas de la homenajeada, quienes corrieron a abrazarla.
Hubo otras palabras, discursos y arengas de congratulación y enhorabuena, de remembranzas y evocaciones de la tarea educadora, cultural y artística de la maestra. Para ello se convocó a la directora del recinto, Lucía Sáenz, y a José Luis Vázquez, director de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García.
Diversas personas desfilaron por el micrófono, algunos de pie y otros sentados al lado de la cumpleañera, para leer en voz alta algunos de los poemas más famosos y entrañables dentro de la amplísima producción de Dolores Castro, quien no se limitó a escucharlos, sino que, en voz baja, hizo eco.
El homenaje se realizó bajo el nombre genérico de “Mi corazón bajo la luz”, en franca alusión a una de sus obras emblemáticas. Varias fueron las personas que se animaron pasar al frente y leer (leerle) poemas. Entre ellas, Margarita Juárez, integrante del taller de poesía de Castro, quien celebró “Noche”.
Luego, Tomás Rodríguez, profesor de Literatura en la Universidad Autónoma metropolitana, quien libro en mano leyó “Cumpleañera”.
Siguió Guillermina Miguel, quien fue alumna de Dolores Castro en la Escuela de Periodismo Carlos Septién, para elevar la voz y recitar un fragmento de “Poemas inéditos. 1990″; una obra sublime.
Raquel Olvera, igualmente alumna, leyó “Almeja real” y en seguida Laura Guerrero, quien fuera alumna de Dolores Castro en los años 70 del siglo XX en la misma escuela de periodismo y hoy profesora en la Universidad Iberoamericana, le dedicó la lectura de “Cástula”, en homenaje a la maestra y a la adorable madre de ésta.
La fiesta de homenaje siguió con un lucida intervención musical. La música de guitarra se hizo presente al ser interpretada magistralmente por el maestro Eduardo Peñalosa Castro acompañado por el joven Eduardo Peñalosa Díaz. Por un rato, melodías y fuertes aplausos se sucedieron de manera alternada.
El acto terminó luego de un caluroso brindis de honor, bocadillos y pastel que los asistentes degustaron entre comentarios en torno a la trayectoria de la festejada y la declamación lírica de algunos de sus textos. Al final, uno a uno se marcharon, con un poema en la mente.
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