Jubileo 2025: Llevar esperanza a donde se ha perdido
De pronto, a las 12.20 del medio día del miércoles alguien dio la voz de alarma: olía a gas. Y de pronto, también, en una reacción que es instinto de supervivencia, las trabajadoras y los trabajadores de PEMEX que ya estaban laborando en el Edificio A del complejo central de la empresa petrolera en Marina Nacional, del DF, salieron despavoridos; huían; corrían; se atropellaban; algunos se lastimaron y alguien se desmayó…
Es la sicosis post Pemex. Son las secuelas de lo ocurrido el 31 de enero ahí mismo, a unos metros y es el miedo terrorífico a trabajar en un lugar que parece no ofrecer las garantías de seguridad que cada uno de los que ahí trabajan, y todos nosotros, quisiéramos para que no pase nada, para que la vida siga y para que el miedo se supere, aunque no se olvide, nunca, lo que ahí ocurrió aquella tarde.
Naturalmente esto es resultado de la tragedia, pero también de lo dicho por las autoridades. Estas afirman que lo que ocurrió ahí fue un estallido por acumulación de gas… El asunto aquí no es desbordar las suspicacias que pudieran generar esta afirmación: ¿si? ¿no? Lo sabremos algún día, de todos modos…
Pero mientras son peras o son manzanas cada una de las dependencias de gobierno que están instaladas en la capital del país, por alguna extraña razón han incrementado sus mecanismos de seguridad, de revisión, de acceso y de estancia en las oficinas de gobierno: todas; incluso la Cámara de Diputados y la Cámara de Senadores en donde ahora para ingresar a sus oficinas se tienen que pasar filtros extremos: está bien si es por razones de la seguridad de todos…
…Aunque tenga uno que garantizar que es un simple y mortal periodista que lo que quiere es información y que está uno cumpliendo con el trabajo y que tiene uno que entrar porque nuestro jefe de información y nuestro director no entienden razones andando en la edición del periódico…
Policías cuidadosos. Perritos que revisan carros y mochilas. [No, no son los de Iztapalapa], arcos detectores de artefactos dañinos, barras que lo recorren a uno de arriba-abajo, sin parar… “Extienda los brazos, levante su mochila, quítese el saco, abra las piernas…” [¡Ey… alto!]
Y, bueno, si como dicen los señores que anunciaron que fue un gas acumulado tienen razón, entonces por qué todas las oficinas de gobierno extremaron sus protocolos de seguridad en el acceso y no mejor comenzaron a revisar sus instalaciones para que no ocurran fugas de gas insospechadas en sótanos insospechados con trabajadores insospechados que conectan cables en lugares insospechados…
En fin, que ahora todos ahí tienen miedo. Y todos y todas en las oficinas de gobierno también. No sólo por el recuerdo de lo ocurrido, sino porque evidentemente la supervigilancia pone nervioso a cualquiera, sin que esto signifique que no deba ser, por aquello de no te entumas…
¿Qué sigue ahora? Pues que integrantes de oposición en el Senado de la República, han decidido crear una Comisión Plural para investigar qué fue lo que pasó en Pemex aquel día fatal. En el fondo el mensaje podría interpretarse como: “no creemos en la versión oficial”…
Así que lo que sigue, también, será un ambiente de sicosis por la inseguridad y por el miedo a que accidentes como ese pudieran volver a ocurrir…
…No sólo en el DF, también en cada uno de los estados de la República. Y, sobre todo, en aquellos en donde hay instalaciones de PEMEX, edificios, plantas, refinerías, colonias habitacionales, gasoductos, plataformas petroleras en el mar… todo está alerta porque puede ocurrir otra fuga de gas mortal… Ojalá no. Nadie lo quiere. Nadie.
Así que a partir de estas fechas, los mexicanos estarán alerta y temerosos… Y ya se sabe que el tiempo alivia estas tensiones. Ojalá sea pronto porque, mientras tanto, la vida de quienes trabajan en este tipo de oficinas es difícil y pesarosa… y, por lo mismo, corresponde a las autoridades generar confianza, tranquilidad y brindar los apoyos necesarios en tiempos de crisis, aun nerviosas. [email protected] Twitter: @joelhsantiago
QMX/jhs