Escenario político
Una primavera gris no es una paradoja triste. Es la representación de la soledad actual.
Durante mucho tiempo creímos que morirían solitarios los ancianos, los desempleados o enfermos. Asumimos que el final de la vida era caer en obscuridad sin nadie a quien escuchar o tocar. En Japón, por ejemplo, se popularizo la palabra kodokushi para designar la muerte solitaria. Sin embargo, la realidad rebasó esa imagen: vivimos en soledad. Y los principales afectados no son los marginados ni los seniles, sino los hombres menores de 24 años, la generación Z que vive en las urbes y en sociedades altamente individualistas.
Un estudio global en el que participaron 46.000 personas de 237 países de 16 a 99 años de edad, el llamado Experimento de Soledad de la BBC, mostró que los varones menores de 24 años son los que se sienten más solos.
Una explicación plausible es que la soledad se deriva de la sensación de que las conexiones sociales no son tan buenas como se desea. Es decir, entre los jóvenes impera más idealismo respecto a cómo deben ser nuestras interacciones con otros, se demanda más compromiso y mayor implicación. Tal patrón parece mantenerse en muchos países y culturas.
Ahora, aunque hombres y mujeres experimentan soledad, en ellos tal sentimiento se recrudece al estigmatizarse. La cultura puede afectar las interacciones sociales reales y deseadas en direcciones opuestas y en las grandes urbes se espera que las personas sean autosuficientes y autónomas, que no dependan de otras.
Tal estudio se contrapone a la “lógica”: Aunque es cierto que las personas más jóvenes pueden usar mejor la tecnología para acceder a las relaciones sociales, también se sabe que cuando esto se hace como un sustituto, en lugar de una extensión de esas relaciones, no mitiga sino aumenta la soledad.
Tras los confinamientos derivados del Covid-19, con el aumento de redes sociales en 100% en promedio, la sensación de soledad se acentuó. El 62% de la generación Z, asegura sentirse solo al menos una vez a la semana. Y la mitad de ellos afirma que se sienten solos, incluso cuando están rodeados de otras personas.
Asimismo, el 43% de los entrevistados de la generación Z afirmó que las redes sociales los hace sentir solos mientras que las generaciones x y Baby boomers aseguran que “la tecnología les ayuda a no sentirse solos”.
Entre las recomendaciones habituales para paliar la soledad están tener mayor acercamiento a la soledad e interactuar “cara a cara” con los demás, además de establecer actividades donde sea posible conocer personas, como clubes deportivos y clases diversas, algo vedado en la actual y larguísima pandemia. Es decir, la soledad se seguirá extendiendo entre la generación más joven y se convierte ya en una pandemia letal, pues incide en descenso de la autoinmunidad, baja productividad y depresión.
Necesitamos construir relaciones más cercanas y verdaderas con quienes amamos. Debemos generar formas de comunicación auténticas y generar planes para desterrar que la primavera se opaque.