Itinerario político
Inolvidables
2 de octubre no se olvida…10 de junio no se olvida…Acteal no se olvida… Ayotzinapa no se olvida…
Cadáveres insepultos, catarsis de generaciones que ven en esas fechas la oportunidad de expresar, como diría don Justo Sierra, su “hambre y sed de justicia”.
La noticia que precede a esas fechas es la misma: saqueos, pintas, mentadas de madre.
Sólo son catarsis.
La de los enamorados que sufren por un amor que no le corresponde componiendo versos, canciones o mensajes suicidas; la de los alcohólicos anónimos o sobresalientes que ante un podio o en la mesa de una cantina recuerdan sus maldades. La pecadora que en el confesionario descarga sus infidelidades. La del amante que bajo el satín de una sábana susurra secretos que ante nadie externaría. Purificación del alma cuando se la mientan a Peña Nieto, Bush, Tony Lear (mentiroso), Aznar. Expiación cuando las redes sociales apoyan a las chicas Pussy Riot encarceladas porque protestaron contra el sátrapa Putin; catarsis del ahorcado cuyo último derecho fue el pataleo.
Arrepentimiento que sigue a la venganza.
Explicación no pedida, confesión de parte.
Mentadas de madre de los jóvenes que trabajarán por hora de trabajo; de aquellos que no tendrán nunca una pensión o jubilación; de los que serán desechados a los 35 años. De millones de desempleados que se sumarán a los inempleables, esos yo advertía desde hace más de diez años.
Catarsis, el grito de decenas miles de mujeres que han perdido a su pareja o a sus hijos en la guerra del Estado contra la población. Más de 70 mil muertos o desaparecidos en lo que va del sexenio, sumados a los 110 mil de Fecal. Más cadáveres que en las últimas guerras.
Aristóteles decía que la catarsis es la facultad de la tragedia de redimir al espectador de sus bajas pasiones al verlas proyectadas en los personajes de la obra.
Purgación, purificación. El sistema político mexicano, en colusión con algunos productores de cine o teatro, han creado obras en las que se ridiculiza al gobernante saliente (Adiós guayabera mía, El privilegio de mandar, El país de no pasa nada, p. e.) y en las que nuestro subconsciente se regodea; sale de la sala con una gran descarga de adrenalina. Caricaturistas que contribuyen al descargo de consciencia del pueblo.
Catarsis la del chico que le gritó ladrón al gobernador coahuilense Moreira. La de los que se plantan en Wall Street, en la plaza Cibeles o en la de Mayo y les gritan mentadas a los financieros que han dejado al mundo hecho un caos. A los que están atrás de la guerra pata imponer el patrón dólar (EU), el Euro (UE), o el Oro (Israel).
Catarsis es ir tirando lastre por las calles de cualquier ciudad del mundo. Los viejos por haber vivido injusticias no reparadas y los jóvenes por sentir que el futuro dejó de tener sentido.
Dos de octubre no se olvida…