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Juego de ojos
Dime quien soy
Dime quién soy, pregunta que se hace Amelia la protagónica de una de las últimas novelas de Julia Navarro. En mil 100 páginas nos presenta un recorrido por la historia de una mujer a quién tócale vivir desde la pre Guerra Civil Española hasta la caída del Muro de Berlín.
Leer esta novela me hundió en los laberintos de mi pasado; reportear e investigar eran sinónimos. No existía Google ni Wikipedia; tenía uno que acudir a las delegaciones policiacas y lograr que el encargado de la barandilla prestara unos momentos algún acta o denuncia que sirviera de guía para un reportaje. Muchas notas obligaban al reportero a acudir al Forense o al lugar donde se había cometido un delito que podría dar pie a una historia policiaca. Fui comisionado para realizar trabajos especiales en numerosos países. Amelia también me llevó a mi época de rebeldía: Ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica, diría Salvador Allende. Hoy recapacito en que logré tantos milagros con olfato reporteril y mucha buena suerte.
Julia Navarro nos presenta a una protagónica que es espía y amante de varios personajes de gran parte de la historia europea. Dime quién soy, es una obra que se antoja muy larga, aunque por la forma en que la lleva da la impresión que el lector se va metiendo en los laberintos de la bisabuela de un escritor que tiene el encargo de sacar a flote una interesante vida. El bisnieto, conforme se va enterando de las facetas de Amelia va visualizándola como a una matrioska, una muñeca rusa que cada vez que destapas una, aparece otra y una más en una historia sin fin.
Es una novela que te atrapa desde el principio hasta el final, aunque Amelia navega en un crecimiento personal e ideológico no muy firme. La redacción no es tan buena como la de otras de las obras de Julia Navarro, como La hermandad de la Sábana Santa y todavía mejor La Biblia de barro.
La heroína, Amelia Garayoa, es un personaje que imagino traspasando fronteras por la Europa en la que estallaban guerras o revoluciones a diestra y siniestra lo que la hace amena; en algunas páginas el suspenso y la trama son bien llevados. Su descripción de los campos de concentración nazis de Polonia y Alemania, donde la tuvieron recluida, estruja el alma. Lo lleva a uno a pensar que el bien no es perfectible, pero que la maldad de algunos seres humanos no tiene límites.
Su mayor virtud es hacer que el volumen esté rebosante de intriga, espionaje, amor y traición; la lectura de este texto que de primeras se vendieron un millón de ejemplares se va rápido.
De reciente estampa salió Historia de un canalla, una novela psicológica de la misma Julia Navarro. Para realizarla ella vivió e investigó dos años en la ciudad de Nueva York.