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CIUDAD DE MÉXICO, 20 de mayo de 2018.- Sería muy lamentable que el Segundo Debate de este domingo algún candidato presidencial no se refiriera a los migrantes como personas con todos los derechos y con dignidad, con igualdad de oportunidades económicas, sentenció la hermana María Arlina Barral Arellano, Responsable de la Comisión de la Pastoral de Migrantes y Movilidad Humana de la Arquidiócesis de México.
A escasas cuatro horas de que se realice el segundo encuentro entre los aspirantes a la Presidencia de México, uno de los temas que se discutirán será el de la migración.
En ese sentido, María Arlina aseguró entrevista para Desde la fe que uno de los temas más urgentes a tratar es el establecimiento en México de una política migratoria interna que garantice el ejercicio de los derechos humanos, tanto culturales como políticos y sociales, a las personas que, por uno u otro motivo, transitan por nuestra nación o deciden permanecer en ella; además de incluir la seguridad para los defensores de las personas migrantes, pues con frecuencia son amenazados o perseguidos.
“En este mismo sentido –dijo–, y como ejercicio de negociación con los gobiernos estatales, el próximo Presidente deberá tener en cuenta lo que nos ha dicho el Papa Francisco en las 20 prioridades que ha propuesto para influir en los pactos globales sobre los migrantes y sobre refugiados, y que ya se están desarrollando actualmente: ‘acoger, proteger, promover e integrar a las personas migrantes y refugiadas’”.
Originaria de Filipinas, la hermana señaló que la actitud que el próximo Jefe del Ejecutivo mexicano deberá tener frente su homólogo estadounidense, será la de tratar de colocar en el centro de las negociaciones a la persona migrante y sus derechos humanos; “por ejemplo: frenar las deportaciones y promover la reunificación de la familia, respetar los derechos de los dreamers, reconocer el aporte de los migrantes a las economías de ambos países; diseñar una política que promueva una vida en paz, sin persecuciones, así como el desarrollo de todas las personas”.
Al hablar sobre los aspectos fundamentales que, en materia de migración, deben abordar quienes aspiran a gobernar la nación, señaló que, ante todo, quien gane la Presidencia tendrá que favorecer la colaboración y alentar el diálogo, a fin de crear procesos que abonen al orden y a la paz entre ambos países, que combatan el crimen organizado y pueda superarse le violencia física y económica, que ha sido la causa de tantas muertes trágicas y de la migración forzada.
“Sería muy lamentable que algún candidato presidencial no se refiriera a los migrantes como personas con todos los derechos y con dignidad, con igualdad de oportunidades económicas, sociales y culturales, con sueños que los impulsan a vivir y anhelar la plenitud, ya sea en el país de destino o en el suyo, en el caso de la migración interna”, refirió.
Finalmente, habló de la relación ideal que deberían tener las organizaciones no gubernamentales con el próximo Presidente de México. “Es necesario –señaló– que se empiece a caminar sobre la base de la confianza, que se promueva el compromiso conjunto y real para el bien de las personas migrantes y sus familias. Que dicha relación logre diseñar leyes migratorias que sean de verdad humanas, frente a las situaciones de crisis provocadas por la migración forzada, pero también con la migración permanente, como un derecho de toda persona, pues es bien sabido que las ONG’s, la red de Iglesias católicas, las iglesias cristianas y los albergues, así como los comedores civiles y de gobierno, son quienes muestran el rostro solidario de la comunidad mexicana, al brindar auxilio cuando ocurren accidentes en las vías de tres, al apoyar a las personas con sus solicitudes de asilo, al apoyarlas con espacios para el descanso y la atención psicológica”.
Todo lo anterior –dijo–, es un listado mínimo de acciones que podrían plantear los aspirantes a ocupar la Presidencia de la República, en favor de una migración que pueda seguir aportando al desarrollo de los países involucrados.