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CIUDAD DE MÉXICO, 17 de mayo de 2025.- La comunidad ciclista en el país lamentó la muerte de Porfirio Remigio El Indio de Acero, deportista originario de Metepec quien participó en los Juegos Olímpicos de Tokio 1964.
Así también, se le recuerda por su actuación relevante en varias ediciones de la Vuelta México, así como por acuñar la frase: “Para mí que todos son ojetes”, frase que se hizo popular en los años 60s y se aplicaba sin distingo a políticos, artistas, deportistas, periodistas.
Venció a competidores italianos, rusos y colombianos cuando el Ciclismo se corría y vivía con el corazón.
La fanpage Época Dorada del ciclismo en México envió el pésame a la familia de Porfirio Remigio, de quien escribió: «en la historia del ciclismo nacional e internacional su nombre está escrito con letras de oro».
Compañero de mi padre Odilon Rojas en el equipo Pepsi Cola. Amigo, guía, padre, hermano y abuelo , guía de muchas generaciones ciclistas, querido y admirado también en el extranjero», agrega el post.
La anécdota
La célebre frase ocurrió cuando faltaban dos etapas para el final de una Vuelta México, sin referirse el año en específico, cuando un periodista le preguntó: «de costa a costa y de frontera a frontera, para los radioescuchas de todo el país, ¿qué opina del colombiano, el italiano…?» a lo que respondió: «P’a mí que son ojetes».