Doble rasero del populismo: Trump, AMLO y la manipulación de los nombres
Una obra de William Shakespeare titulada en el original “All´s well that ends well” y traducida libremente como lo que bien empieza…. Y refrán usual en español, da pie para pensar en lo sucedido el Día Uno del Presidente de la República.
Desde antes de la toma de protesta, la instalación de cercas metálicas blindando San Lázaro en demasía e impidiendo el libre tránsito de la ciudadanía resultó excesiva y ofensiva. Hubo errores delicados en la logística de seguridad y un innecesario uso de la fuerza por parte de la Policía Federal y el Estado Mayor Presidencial.
Parece ser que hay inocentes entre los arrestados y que fueron hechos presos con violencia. La Policía actuó como en los viejos tiempos sesenteros: torpe y salvajemente sin estrategia y solo con la fuerza bruta como táctica.
El Día Dos recorrimos parte del escenario de los hechos violentos, todo había sido borrado, maquillado y arreglado rápidamente, la Alameda Central, Bellas Artes y sus inmediaciones también, los graffitis se alcanzaban a ver tenuemente en la piedra. Era una tarde mas de domingo en la Alameda, lo único diferente era que había granaderos cada dos metros y en las esquinas estaban apostados como en estado de sitio.
Las noticias en las redes y de viva voz mencionan ya a los supuestamente inocentes arrestados y varias ONG´S, una de ellas Amnistía Internacional menciona ya el excesivo uso de la fuerza que usaron los gorilas con traje de policía.
A todas luces hubo vandalismo y jóvenes que parece que sabían a lo que iban, embozados, armados con palos, piedras y con vinagre para paliar el uso de los gases lacrimógenos, es decir, entrenados.
Eso es innegable como es también la desorganización policial y la ausencia de una adecuada estrategia de seguridad, sobre todo en el corredor del Monumento a la Revolución, Bellas Artes y Zócalo, privó el caos y la violencia, igual y muy principalmente en las inmediaciones del Palacio Legislativo.
Los hechos anteriores nos llevan a preguntarnos si hay rebelión urbana en algunos grupos minoritarios o si lo sucedido fue un hecho orquestado y pagado para causar una revuelta y el uso de la fuerza policial; si así fue, la siguiente pregunta es quién y con qué fines.
Puede ser el propio gobierno que requiere un par de levantamientos urbanos para justificar el uso de la fuerza e imponer el autoritarismo y la intolerancia como forma de gobierno, después de los hechos de Atenco con el Presidente antes gobernador, es una posibilidad, como lo es que el nuevo PRI se acuerde de sus hechos como gobierno, Tlatelolco, el 10 de junio y otras perlas represivas, para mantenerse en el poder.
Está también la posibilidad del hartazgo y la frustración que puede llevar a la agresión, si es así las cosas no son un buen augurio ya que un sector de la población en rebelión con un gobierno con antecedentes autoritarios y dictatoriales son una fórmula para un sexenio represivo que ha partido de un mal principio, que se ha distinguido por la ignorancia y el clasismo como sello –me refiero a que somos proles….pero leemos, no como otros–.
Un escenario mas indica hilos movidos desde lugares ignorados por la gran mayoría de la población, suele suceder, y por una mano que mece la cuna, pero no se sabe a quien pertenece, también sucede; son los oscuros corredores en los que se gobierna sea con fines auto justificables para ejercer autoritarismo o un intento de inicio de desestabilización del nuevo gobierno.
Vuelvo a pensar en Shakespeare, en algunos personajes, ojalá y el presidente en turno no sepa quien es Macbeth o Ricardo Tercero y los tome de modelo ya que nos esperaría una Tempestad si así fuera, ojalá y todo esto sea Mucho ruido y pocas nueces y que la primera dama y la tremendamente oportunista señora Robles sean algo más que unas alegres comadres.
Entre gobernantes y gobernados habrá Montescos y Capuletos y no tórridas escenas de amor, es mas probable algún disfraz como en la Noche de Epifanía, habrá enredos, confusiones con duendes pero no nos convertirán en Una noche de Verano; mientras tanto me quedo con aquella frase de Hamlet de “hay mas cosas en el cielo y la tierra que las que tu pobre filosofía puede siquiera imaginar” lo dicho, Ser o no ser.