Eliminar autónomos, un autoengaño/Bryan LeBarón
Paz y unidad
Flanqueado por los secretarios de la Defensa Nacional y la Marina Armada de México, el presidente electo tuvo su primer encuentro formal con soldados, policías militares y marinos a una semana de tomar protesta y convertirse en Presidente Constitucional y Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas.
El encuentro se dio en el marco del domingo 25 de noviembre de 2018, un día soleado y con calor poco frecuente en esta etapa del año, especialmente los últimos días. Por poco más de 40 minutos y bajo el intenso fulgor del sol, López Obrador dirigió su mensaje.
Habló del Plan de Paz y Seguridad que implica formar una nueva fuerza pública, a partir de elementos de las fuerzas armadas que con respeto y observancia de los derechos humanos contribuya a lograr la anhelada pacificación en el país.
A los soldados, el Presidente Electo les habló a la cara y en términos sencillos les explicó la grave crisis que dejó al país la política neoliberal. Con la seguridad que le brinda el conocer a profundidad el territorio y haber recorrido los casi 2,500 municipios de México, Andrés Manuel, le habló tanto a las bases del ejército como a los Generales de División y Secretarios de Defensa y Marina, a quienes agradeció con la honestidad que lo caracteriza, el comportamiento institucional que han guardado antes y después del día de la elección, por su respeto a la decisión de los civiles para cambiar el rumbo y les invitó a colaborar con él, a trabajar en unidad por el bien del país.
¿Por qué es tan importante el plan de Paz? Pues como lo expresó el próximo presidente, López Obrador, en términos cuantitativos, el 80% de la estrategia de seguridad descansa en la creación de desarrollo y en la democratización del bienestar; oportunidades de empleo, acceso a la salud, becas para los estudiantes y pensión universal a adultos mayores. Condiciones que comenzarán a impactar la vida de las personas en lo personal y que se traducirán en una oportunidad para reformular la convivencia colectiva, hasta ahora quebrada por la violencia e inseguridad generalizada que impera México.
Soldados, ingenieras, médicos, enfermeros, paracaidistas, y cadetes femeninos y masculinos de diversas corporaciones militares escucharon con atención el mensaje e incluso respondieron con aplausos en una ocasión, pocas veces un Comandante Supremo les había expresado su confianza y reconocimiento a su orígen humilde, campesino, obrero, comerciante y militar, pues ellos son pueblo uniformado y como el resto del pueblo sueñan con un futuro de paz y oportunidades.
En política no hay coincidencias y una institución cuyo fundamento es la disciplina tiene sus propias formas para expresar descontento e incluso bajo protesta, guardar su responsabilidad. Esta vez en un encuentro amplio entre quien ocupa o está por ocupar el poder presidencial con dirigentes y bases de las Fuerzas Armadas, la bandera monumental no estaba rota ni fue izada de cabeza, por el contrario lució impoluta sacudida por vientos de cambio y ondeó pletórica bajo los rayos del sol.