Descomplicado
Inkompetencia: Agua en el Valle de México
Desde el pasado 31 de octubre fue cortado el 100 por ciento del suministro de agua que abastece el Valle de México, afectando a 13 alcaldías en la ciudad y 12 municipios del Edomex, para realizar trabajos de mantenimiento en el sistema Cutzamala.
Luego del restablecimiento del suministro fue detectado el desplazamiento de una pieza conocida como “K invertida”, la mañana del lunes 5 de noviembre se suspendió el bombeo para disminuir la presión sobre el elemento.
De acuerdo con la Dirección General Técnica de CONAGUA, el desplazamiento de la pieza se debió a la falta de soporte, un dado de acero y concreto de 10 metros de alto, que proporciona estabilidad para recibir la presión del agua, similar al peso de un edificio de 60 niveles.
En 2013 comenzaron los estudios y la contratación de consultorías externas para insertar la “K invertida” en el sistema Cutzamala. Cinco años de trabajo y 500 millones de pesos terminaron en un fracaso, quizá el último producto de un gobierno incompetente, el de Peña Nieto.
La pieza, de 180 toneladas, que quedó de momento inservible, fue retirada del sistema, segmentada en 3 partes y llevada al predio de la planta potabilizadora Los Berros, en su lugar fue colocada la misma tubería que estaba antes del corte de agua.
Después de la contingencia, los datos indican que estos días el consumo de agua se redujo de 120 litros por persona a tan solo 40 litros al día. De cara al futuro será necesario mejorar nuestra relación con los recursos naturales, para no comprometer a las siguientes generaciones.
En el caso del agua, el planeta Tierra dispone de 1, 386 millones de km3 de agua, pero solo el 0.77 por ciento es agua dulce accesible al ser humano. Este 0.77 por ciento de agua renovable anual equivale a 10, 672, 200 km3. La cual está distribuida de forma irregular en el planeta.
El agua renovable anual en México es de 447.26 km3. Esta cantidad, al igual que la del planeta, se desprende del ciclo hídrico y, en términos generales, se puede considerar como constante. De modo que, al dividir el agua renovable anual entre la población, cuya tasa de crecimiento es positiva, se obtiene una menor cantidad de agua renovable anual per cápita.
La Ciudad de México, presenta un problema de suficiencia de agua. De acuerdo con datos oficiales, en el Valle de México la disponibilidad promedio por habitante es de 143 metros cúbicos por año (m3/h/año), según datos de CONAGUA.
Es previsible que el crecimiento demográfico y la concentración urbana continúe al menos hasta el año 2050, la demanda de agua seguirá creciendo, acelerando la sobreexplotación del Acuífero y de las fuentes superficiales internas y de las externas Valle de Lerma y Sistema Cutzamala, que provee casi un tercio del agua que se consume en la ciudad.
El acuífero del Valle de México es la principal fuente de abastecimiento para la Ciudad (55 por ciento del total). De acuerdo con especialistas se encuentra en condición de sobreexplotación derivado del crecimiento demográfico (mayor demanda de agua) y del anárquico crecimiento urbano que ha posibilitado la proliferación de zonas habitacionales, comerciales, industriales y de servicios en zonas naturales de recarga del acuífero (cuerpos montañosos que rodean la ciudad).
En los últimos años se ha explorado el llamado Acuífero Profundo, y no obstante que ya se encuentra un pozo en operación (Santa Catarina 3), existen dudas en cuanto a su viabilidad como fuente alterna ya que se estarían haciendo perforaciones a 2 km de profundidad y su capacidad de producción (125 l/s), es sólo 0.31 por ciento el agua que demanda la Ciudad México (40 m3/s).
En Benito Juárez al año 2010, con datos del Gobierno del DF, la dotación diaria de agua por habitante era de 406 litros; en 2017 con una población de 417 mil personas, la disponibilidad de agua en la alcaldía es de 374 litros diarios, lo que significa una disminución de 9 por ciento, en 7 años.
Sumado al problema de disponibilidad; la infraestructura de distribución de agua y la recolecta de aguas residuales fue diseñada para zonas con baja densidad poblacional y su antigüedad ronda los 70 años. Esta situación produce pérdida de agua en la red secundaria del orden del 40 por ciento; así como la incapacidad de desalojo de las aguas residuales en temporada de lluvias.
Sin embargo, el problema no es el crecimiento urbano, el problema real es que no se moderniza la red de suministro y desagüe en base a las crecientes necesidades. Una nueva esperanza en la administración inteligente de este recurso vital se abre con la llegada de Claudia Sheinbaum a la Jefatura de Gobierno, quien comprende la complejidad del problema y ha señalado que una de sus ambiciones es lograr el suministro 24 horas al día, los 7 días de la semana.