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LONDRES, 23 de enero (Quadratín México).- Por cada punto que cae el Producto Interno Bruto (PIB) de un país, mueren 7.4 niñas por cada mil nacimientos, frente a 1.5 varones, reveló una investigación realizada en 59 naciones del mundo, la mayoría en vías de desarrollo.
La Organización no Gubernamental (ONG) Plan Internacional y el Instituto Overseas, del Reino Unido, se dieron a la tarea de estudiar cómo afecta la crisis económica a las mujeres y niños.
Según el estudio, son las niñas las más afectadas y los motivos tienen que ver con la oleada de recortes en gastos sociales, a nivel mundial, que dificultan el acceso a servicios básicos de salud. Pero también, con aspectos culturales que exacerban las diferencias de género a medida que decrecen los recursos económicos.
“Las familias están más preocupadas por el niño porque es él quien supuestamente va a traer el beneficio económico en el futuro y, por lo tanto, se olvidan de dar ciertos cuidados a sus hijas”, explicó Nicola Jones, autora del informe.
La especialista advirtió, sin embargo, que en muchos casos no es algo consciente y se trata más bien de una negligencia pasiva.
“Estos descuidos son más frecuentes durante el primer mes de nacimiento, cuando existen más riesgos para los bebés. “Hay evidencia de que las amas de casa pobres vacunan menos a las niñas y muchas de las muertes tienen mucho que ver con ello”.
La malnutrición es otro factor vital que contribuye a la gran diferencia de mortalidad. “Las mujeres dejan de dar el pecho antes a las bebés. Amamantar es algo básico para evitar infecciones y dar una mejor nutrición a los infantes”, apuntó Jones.
“En países como la India, las madres tienen que dar de comer a los hijos de sus familiares y vecinos y dejan en último lugar a sus hijas”, señaló Concha López, directora general de Plan Internacional en España. Según el informe, la deficiente alimentación contribuye en más de un tercio a la muerte de niños menores de cinco años en todo el mundo.
La esperanza de vida entre las niñas también es menor. El informe señala que en tiempos de recesión económica esta cae en siete años, mientras que la de los niños lo hace en seis. Sin embargo, aumenta en dos años para ambos sexos durante la época de crecimiento económico.
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