Corrupción: un país de cínicos
Un amigo
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Nos dice la escritora Rosa María Campos: “difícil ganar un amigo en un año. Fácil perderlo en un día”.
Sí, tiene razón: Con el tiempo hay más necesidad de tener amigos. Son los hermanos que elegimos.
Más no olvidemos que la amistad, es una planta que crece con lentitud y muchas sacudidas de adversidad. Que no se conquista. No se impone.
Se tiene que cultivar como una flor y abonarse con pequeños detalles de cortesía, ternura y lealtad, y se riega con las aguas vivas del desinterés y del cariño silencioso.
Conocido o amigo:
Un conocido nunca te ha visto llorar. Un amigo tiene los hombros húmedos por causa de tus lágrimas.
Un conocido no conoce los nombres de tus padres. Un amigo tiene sus números de teléfono en su libreta de direcciones.
Un conocido trae una botella de vino a tu fiesta. Un amigo llega temprano para ayudarte a cocinar y se queda hasta tarde para ayudarte a limpiar. Un amigo te trae medicinas cuando estás enfermo, un caldo de pollo cuando tienes gripe.
Un conocido odia cuando le llamas después de haberse acostado. Un amigo te pregunta ¿qué puedo hacer por ti?
Un conocido procura hablar contigo acerca de tus problemas. Un amigo procura ayudarte con tus problemas.
Un conocido al visitarte, actúa como un invitado. Un amigo abre el refrigerador y toma lo que necesita.
Un conocido piensa que ha terminado la amistad después de una pelea. Un amigo sabe que no tienen una amistad real hasta después de haber tenido una pelea.
Un conocido espera que siempre estés ahí. Un amigo siempre estará ahí para ti.
El amigo: Té acepta tal cual eres y perdona tus errores. Se entrega incondicionalmente. Te ayuda. Cree en ti. Te mantiene cerca de su corazón.
Te ama por quien eres. Te ofrece su apoyo. No te juzga. Calma tus temores. Eleva tu espíritu. Te comprende. Te valora. Camina a tu lado. Dice cosas lindas de ti, pero te dice la verdad cuando necesitas escucharla.
Te explica cosas que no entiendes. Grita si es necesario, cuando tú no quieres escuchar. Te pone los pies en el suelo.
A nosotros nos toca advertir si son amigos o sólo conocidos.