El concierto del músico/Rodrigo Aridjis
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Un viejo, muy viejo, vivía ya solo. Siempre estaba triste, se quejaba constantemente y de mal humor. Cuanto más vivía, más vil era y más venenosas sus palabras. La gente hizo todo lo posible para evitarlo porque su desgracia era contagiosa. Creaba la sensación de infelicidad en los demás. Pero un día sucedió algo increíble. Instantáneamente todos comenzaron a escuchar el rumor: «el viejo está feliz hoy. No se queja de nada. Sonríe e incluso su rostro parece más iluminado».
Su amigo Javier le preguntó: «¿qué te ha pasado?” El viejo respondió: «Nada especial. Ochenta y seis años viví en la felicidad. Y luego, ya solo, decidí vivir sin felicidad y simplemente esforzarme en disfrutar de la vida».
Moraleja: Por ello no persigas la felicidad. Ella llega sola. Disfruta de la vida. Te lo aconsejo. “La felicidad no es un estado de ánimo. Debería ser una actitud sustentable. No es ausencia de dificultades, son habilidades que se aprenden para saber manejarlas en cualquier escenario”. Estimado Don Carlos este proyecto de la «Coalición Mundial de la felicidad» es un tema de mi libro «Democracias, semillas a cultivar desde la familia». La Felicidad Nacional Bruta, FNB, es un nuevo paradigma más humanizado. El objetivo no es la felicidad en sí ya que el concepto de felicidad se mide de forma personal. Para llevar a cabo este plan se deben crear las condiciones enfocadas en la calidad de vida, es decir, una economía más humanizada.
Por supuesto que este paradigma no proviene de los países industrializados o de una universidad de renombre. Esta filosofía viene de un pequeño país en el Tibet, el reino de Butan. De pronto la filosofía de este pequeño reino se ha puesto en el ojo de los principales actores de la economía mundial que están muy interesados en el estilo de vida fuera de todo materialismo. Según los butaneses la felicidad de su pueblo se basa en cuatro pilares que sustentan a una sociedad feliz:
La economía
La cultura
El medio ambiente
Y el buen gobierno
Además de nueve ámbitos:
Bienestar psicológico, ecología, salud, educación, cultura, nivel de vida, uso del tiempo, vitalidad comunitaria y buen gobierno.
Para que este cambio de paradigma, que parece utópico en nuestros días, se lleve a cabo, deben generarse un conjunto de definiciones y normas que pueden ser cuantificadas y medidas por los principales actores de la economía mundial.
Para que la FNB se pueda llevar a cabo por los gobiernos es necesario crear fórmulas para segmentar la felicidad en indicadores que puedas ser revaluados mediante un cuestionario nacional, conductas tales como: cuánto tiempo pasa una persona con su familia, en el trabajo y cuánto dedica a las actividades de recreación, con la naturaleza y cuánto dedica a la oración o la meditación.
Es importante darle lugar a situaciones que han dejado de lado los gobiernos como el desarrollo integral y la calidad de vida de la población.
La felicidad es un estado mental que va más allá de tener un nivel óptimo de consumo material y de riqueza.
El bienestar humano no debería estar tan estrechamente ligado al crecimiento económico.
Es necesario que el propósito no esté enfocado a incrementar el producto interno bruto, sino a ser más felices: «Yo estoy bien, tú estás bien» nos explica la doctora, poeta y escritora doña Rosa Chávez Cárdenas.
Como dijo Jean Paul Sartre: «la felicidad no es hacer lo que se quiere, sino querer lo que se hace».