Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
“Comes y te vas” (Uno de dos)
El haberle negado ayer la entrada a Cuba al ex presidente FeCal, nos recuerda la ordinariez, así se dice, que su antecesor , el de las botas, cometió al de la Isla: “Comes y te vas”. Para rendir pleitesía al entonces mandatario de Estados Unidos.
Y nos permite resaltar la personalidad de Fidel Castro Ruz en el mundo entero. Incluso en Estados Unidos, cuyo actual jefe, el werito, anda en pleito con casi todo el mundo. En especial con México.
Nuestro amigo el médico y escritor Fernando Calderón Ramírez de Aguilar, realiza, ahora, la apología del hombre que durante cincuenta años enfrentó al país más poderoso del mundo. Obvio que tiene dedicatoria al inútil que todos conocemos.
En forma sencilla, como acostumbra, platicamos, sobre la historia de este llamado con vehemencia “dictador”. Pero mejor dicho, emancipador de un pueblo, otrora sojuzgado por y a favor de los poderosamente económicos vecinos del norte.
Nos dice don Fernando que este hombre de destacada inteligencia y dirigente de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz, viene a este mundo el 13 de agosto de 1926 en Birán, Cuba. Sus primeros años los cursó en el Colegio Lasaliano de Santiago de Cuba. La educación preuniversitaria la terminó con los jesuitas.
Hombre de estudios universitarios, a los que ingresó en septiembre de 1945, además de abogado, obtuvo la licenciatura en derecho diplomático. Y diputado de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Se inicia a la vida pública como un gran político y opositor del régimen del general Fulgencio Batista. Destaca por el asalto al cuartel Moncada el 23 de julio de 1953, fecha en que daría nombre al movimiento revolucionario por lo que es apresado.
Luego de una amnistía en mayo de 1955, tras 22 meses de prisión, es exiliado de Cuba. Castro ya había denunciado a Fulgencio Batista ante un Tribunal de Urgencia por violar la Constitución, pero le rechazó la demanda. Lo único que procedía para liberar a Cuba de tan nefasto régimen era la lucha armada.
Se refugia en México desde donde planea la invasión a Cuba encabezando un grupo de rebeldes que en Tuxpan se embarcaron en el yate Granma. Así, llega a las costas cubanas en diciembre de 1956. De la expedición diezmada, sobrevivieron solo doce hombres, los que emprenderían la lucha revolucionaria.
En torno a ese pequeño grupo de hombres que luchan por la libertad de la isla se forma el ejército rebelde que desde la Sierra Maestra emprenderá la dura y difícil lucha contra el presidente Batista.
En las ciudades se organizaron grupos de apoyo y de lucha clandestina. Una emisora, llamada Radio Rebelde, es la encargada de propalar el famoso ideario de la Revolución y combate la gran desinformación que difunde el régimen oficial.
Aunque dotado del equipo bélico más moderno proporcionado probablemente por sus simpatizantes internos y externos, el ejército regular del gobierno no cuenta con una firme y sólida moral, por lo que rápidamente se desmoraliza, y sufre derrota tras derrota ocasionadas por los guerrilleros.
El 31 de diciembre de 1958, La Habana está cercada. Fulgencio Batista y su gabinete preparan una vergonzosa huida, apoderándose de todo el recurso económico posible de las arcas cubanas. Avisa su salida al grupo de banqueros, empresarios, profesionistas y miembros de la mafia que festejaba con él el fin de año.
Momentos antes del Año Nuevo, toda La Habana es un gran desorden. Los invitados corren del Palacio de Gobierno y tras ir por sus bienes salen de Cuba. Usan lanchas, veleros, barcos, aviones particulares, etcétera.
Antes de su fuga, huida, Fulgencio Batista nombra presidente de Cuba a Carlos Piedra para enfrentar al ejército revolucionario.
Desde su cuartel general, Fidel Castro advierte la maniobra y el 1 de enero de 1959 declara la huelga general. Forma precisa, necesaria e indispensable, de eliminar toda posible tentativa de continuismo y desarticular toda la estructura militar del régimen. Cuando Fidel Castro llega a La Habana ya se había nombrado presidente a Manuel Urrutia y primer ministro a Miro Cardona.
Estos cambios radicales previstos tardan en llevarse a la práctica. Castro sustituye a Cardona el 15 de febrero y el proceso se acelera con la Ley de la Reforma Agraria del 17 de mayo y la sustitución de Urrutia por Oswaldo Dorticós el 17 de julio.
El día 23 de octubre estalla el terrorismo contrarrevolucionario: aviones con base en Florida bombardean La Habana y causan víctimas civiles. Los tribunales revolucionarios adquieren mayor poder y se organizan milicias armadas.
El sociólogo estadounidense Charles Wright Mills en su libro “Escucha Yanqui” muestra las desastrosas condiciones del pueblo cubano: gran cantidad de analfabetas y sin servicios suficientes de salud para atender a la población de escasos recursos.
Convertida Cuba en prostíbulo de Estados Unidos de América (EUA) y en donde los negocios de los adinerados con el gobierno de la isla, los hacía cada vez más ricos y la población cubana cada vez más pobre.
En 1960 se inician las terribles represalias de los estadounidenses. Mantienen posiciones dentro de la isla como la base (prisión) de Guantánamo, lo cual va en contra del derecho internacional.
No buscan un acercamiento, más bien un distanciamiento continuo: la importación de azúcar producto fundamental que produce la isla se reduce a 700 mil toneladas. Mañana, el final.