Abanico
Tu vida es como un libro
Este viernes, a las 19 horas, en el Club de Periodistas de México, Filomeno Mata 8, en la sala Renato Leduc, don Mario Andrés Campa Landeros, presenta su enésimo trabajo literario editado con el nombre de Verdaderos Maestros del Periodismo.
En su homenaje, dedicamos esta referencia a quien escribe la prosa que se entiende. Así empieza. O comienza. Como sea correcto:
Por supuesto. El título que lleva el libro, es tu nombre. El prefacio es tu introducción al mundo. Las páginas son las crónicas diarias de tus esfuerzos. El asunto principal de tu libro puede ser la profesión, el negocio, el amor, la ciencia, la literatura o la religión.
Día con día tus pensamientos y actos se inscriben en él, como evidencia de tu éxito o de tu fracaso
Lo que anotes en cada una de las páginas, es de vital importancia: Lo escrito, queda allí para siempre.
Un día habrá de quedar en él la palabra fin.
Haz que entonces pueda decirse que tu libro es un modelo de nobles propósitos y servicio generoso al mundo. Sé valiente, esfuérzate, da lo mejor de ti mismo y aparecerá escrito lo mejor de tu vida.
Tu capacidad de servir a los demás está en proporción directa a la grandeza de tu corazón y a la nobleza de tus sentimientos. De igual manera, a medida que te esfuerzas por compartir. Dar, servir y ser solidario, crece y se ennoblece tu ser interior, convirtiéndote en mejor persona, más feliz y con mayores posibilidades de vivir una vida de mejor calidad.
He aprendido que es muy difícil determinar donde fijar el límite entre no herir los sentimientos de los demás y defender lo que creo. He aprendido que no puedo hacer que alguien me ame. Solo convertirme en alguien que debe amar. He aprendido que se pueden requerir años para construir la confianza y únicamente segundos para destruirla. Por eso debo cuidarla. Y seguir en el aprendizaje.
Que la madurez es la habilidad de controlar y equilibrar pensamiento, voluntad y sentimientos: Es en la paciencia, saber cómo posponer el placer inmediato en favor de un beneficio de largo plazo. La perseverancia. La habilidad para cumplir las metas y sacar adelante un proyecto o una situación a pesar de las dificultades.
Es la capacidad de tomar una decisión y sostenerla. Los inmaduros pasan su vida en las posibilidades para al fin no hacer nada.
La madurez también es la capacidad de encarar disgustos y frustraciones, incomodidades y derrotas, sin queja ni abatimiento. Es humildad. Es ser suficientemente grande para decir «me equivoqué». Y, cuando se esté en lo correcto, la persona madura no necesita experimentar la satisfacción de decir «te lo dije». Significa confiabilidad. Mantener la palabra, superar las crisis.
Los inmaduros son maestros de la excusa; son los confusos y desorganizados. Sus vidas son un desorden: Promesas rotas. Amigos perdidos. Negocios sin terminar y buenas intenciones que nunca se convierten en realidad.
Vaya, es el conocimiento del arte de vivir en paz y armonía con las personas y las cosas que nos rodean. Y saber también para qué sirve el dinero.
Con él podemos: Comprar una cama, pero no un sueño. Libros, pero no cultura. Comida, pero no apetito. Adornos, pero no la belleza. Una casa, pero no un hogar. Medicinas, pero no salud. Lujos, pero no simpatía. Diversiones, pero no felicidad
Un crucifijo, pero no un Salvador. Una iglesia, pero no el cielo.
Y recuerda que lo que el dinero no puede comprar, Dios nos lo da diariamente sin cobrar. Ese es el libro de tu vida. De mi vida.