Corrupción: un país de cínicos
Para morirse de risa
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Un amigo todo vestido de azul, y respetable pese a ello, nos dijo: “Tus presidentes tricolores deberían seguir el ejemplo de don Felipe, que donó su pensión, integra, a una institución de beneficio infantil”. Sin afán de burlarme solté la carcajada.
Luego, ya más tranquilos ambos, expliqué, o traté de hacerlo, la burla o mentira de don Fecal, aún esposo de la que dice quiere ser su reemplazo en los pinos.
Mira, le dijimos: “Las pensiones deben ser consideradas como un universo de prestaciones y no solo en forma simple como el ex presidente pretende hacerlo creer a la opinión pública”. Para entenderlo mejor son un conjunto de prestaciones que se otorgan.
Vaya parte de las pensiones son como en los juicios de divorcio en donde se consideran alimentación, salud, vestido, casa, diversiones y la educación además de una cantidad liquida. Todo ello conforma la pensión.
Pero ésta no se puede considerar ni se debe entender como un simple pago en líquido, es decir en efectivo. Como lo hace creer el acusado, entre comillas, de la muerte violenta de más de cien mil mexicanos, en su régimen de 2006 a 2012.
Los presidentes, todos en México, obtienen al término de su puesto una pensión. Pero no se considera como una sola exhibición de efectivo a sus cuentas personales. Se olvidó don Felipe decir que en este concepto entran también gastos administrativos para una oficina. Alimentación. Seguridad militar. Salud y gastos hospitalarios.
Viajes y viáticos entre otros no menos importantes. Y que además los hijos y esposas de ex presidentes tienen el derecho a importar, tasa 0, cero, automóviles extranjeros. Aún persiste ese derecho hacendario. Quiere decir que tampoco pagan impuestos.
Y así existen diversos rubros que componen las pensiones de los ex presidentes por lo que decir que donaron sus pensiones es un arte de disfrazar. Una mentira. Una falacia. Un embuste. Además al brindar un gobierno protección militar a un ex presidente, se hace no solo por su seguridad física sino porque el gobierno debe asegurar que los secretos de estado no sean vulnerados por un grupo de secuestradores.
El hecho que digan que donaron o donaran sus pensiones es incorrecto e incongruente. Seguir, o intentarlo, burlándose de quienes, tú y nosotros, pagamos, con nuestro trabajo, sus excesos. Y luego de este paréntesis extraído de las leyes, aún vigentes en nuestro país, los dos, a las 13 horas luego de un whisky, soltamos al unísono la carcajada, al brindar por quien también, dicen, es adicto a la copita.