Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
Y los alimentos transgénicos?
Luego de la charla que el MVZ Francisco J. Gurría Treviño, coordinador general de ganadería de la Sagarpa, ofreció a periodistas y escritores del Club Primera Plana, vale la pena hablar nosotros de los alimentos transgénicos. Que omitió.
Es indudable que el hombre ha entrado en una etapa conflictiva para mejorar el medio ambiente y solucionar los graves problemas que aquejan a la humanidad en este siglo XXI.
Son causados por la explosión demográfica que ya parece incontrolable, sobre todo en las naciones del tercer mundo ubicadas en diferentes áreas del globo, mismas que no son capaces de solucionar dichos problemas.
Los países del “primer mundo”, para no decirles mundistas declaran irresponsablemente que para ellos no hay problema, y que seguirán en su misma línea, aprovechándose desde luego de lo que producen o extraen del subsuelo los países del tercer mundo.
Hay un hecho incontrovertible: la ciencia y la tecnología con resultados benéficos no son para todos ya que son sólo para los poderosos que tratan de sojuzgar al mundo.
Y las sobras las vierten sobre los demás países, México entre ellos, incluso a sabiendas del daño que pueden causar.
No legalizan lo ilegalizable. No luchan contra la pobreza, la hambruna, la contaminación ambiental y la corrupción. Sólo con su burda propaganda aturden a la masa de los países en vías de desarrollo. No les importa lo que pase, siempre y cuando fluya el dinero a su favor. Ya lo han demostrado múltiples autores, como el recién fallecido Giovanni Sartori.
El médico Fernando Calderón Ramírez de Aguilar también habla al respecto. A petición nuestra, abunda. Como INEGI, que precisa datos.
Nos dice que México, en donde la superficie de terreno cultivable sólo es de alrededor de 12 a 14 por ciento de su área geográfica, es un país que difícilmente puede ser autosuficiente para alimentar a sus habitantes. Necesita importar alimentos y materias primas que producen o importan los poderosos, y a sufrir las consecuencias de consumir productos inadecuados.
Además, es un país con alto riesgo de ser usado para los experimentos agrícolas que se le ocurran a los privilegiados. Ni evitar el daño a sus cultivos y a la salud de sus habitantes.
El uso de tecnología inadecuada que nos venden los extranjeros lleva muchas veces el riesgo de dañar nuestros ecosistemas.
Desde luego, la agricultura moderna ha incrementado la producción de alimentos. Eso es innegable, pero hay que mencionar sin temor, que muchas veces daña la salud humana por el uso de los pesticidas y plaguicidas, así como por el uso de fertilizantes no orgánicos.
El reto en la actualidad es aumentar la producción de alimentos y el acceso a su consumo, siempre y cuando no dañen la salud de los individuos, ni se lesionen los recursos naturales, sobre todo los no renovables, así como el ambiente.
Es decir, desarrollar lo que se llama una agricultura sostenible e identificar claramente los factores responsables del deterioro del suelo, el agua y el ambiente. Y, en su momento, llevar al cabo las acciones adecuadas para que en la medida de lo posible se corrijan.
Es importante señalar la responsabilidad que tienen los diferentes niveles de gobierno en ayudar a generar nuevos conocimientos científico y tecnologías innovadoras, así como políticas agrarias adecuadas y sustentadas en una toma de decisiones basada en una información suficiente y veraz.
La biotecnología ha hecho aportes fundamentales. En la actualidad se le identifica por sus aplicaciones médicas y agrícolas basadas en el conocimiento del código genético.
Entre otros apelativos, a esto se le conoce como ingeniería genética, transformación genética, tecnología transgénica y tecnología de modificación genética.
La manipulación del material genético principia en 1971 cuando se inició el conocimiento del ácido desoxirribonucleico (ADN) recombinante.
Su descubrimiento ha revolucionado todos los campos de la biología experimental y ha permitido el desarrollo de nuevos organismos para beneficio de la humanidad.
Las plantas transgénicas pueden poseer caracteres tan importantes como la resistencia a las plagas y herbicidas. Mayor rendimiento, facilidad de recolección y mayor proporción de la cosecha para su comercialización. También algunas ventajas para el consumidor como menor costo del alimento y un valor nutritivo más alto.
Los principales cultivos de transgénicos son la soya (60 por ciento), el maíz (23 por ciento), el algodón (11 por ciento) y la colza o canola (6 por ciento).
Recordamos a don Francisco J. Gurría Treviño que los países que tienen un cultivo importante de transgénicos son Estados Unidos de América, Canadá, Argentina, Brasil y España.
Desafortunadamente también se hace uso del maíz para producir no sólo alimentos, sino también combustibles como el etanol.
El maíz ha servido para que las corporaciones agrobiotecnológicas busquen obtener grandes beneficios económicos con su cultivo y aceptación por parte de la población.
La verdad es que también hay ciertas contraindicaciones que valorar, ya que, por ejemplo, pueden producir que se vea alterado y se convierta en ineficiente el uso de ciertos antibióticos como la ampicilina y sus derivados usados para el tratamiento médico de algunas enfermedades infecciosas.
También se ha descubierto que ciertas variedades pueden ser sumamente toxicas para el organismo Por ello México ha sido renuente a adoptarla.
Todo se ha convertido en un problema político en donde las discusiones acaloradas toman lugar prioritario.
Cuando la política irrumpe en la ciencia, ¡cuidado!
Estamos ante un drama cuya resolución va a tener muchos obstáculos para que se logre algo positivo.
Su no aceptación está clara en el Tratado de Libre Comercio.
Pero, harán caso querido y respetado médico veterinario zootecnista don Francisco J. Gurría Treviño?
Con fraternal respeto