Teléfono rojo/José Ureña
Nos lo dice diario
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
La oportunidad de esta fecha, el “año de la misericordia”, nos permite recordar el Padre Nuestro que sabemos dos mil millones y medio de católicos. Y conocer el “Hijo Mío”, como su respuesta.
Hace muchos años lo aprendimos. Hoy te lo platicamos. Lo hacemos con humildad, esperanza y fe.
“Hijo mío, que estás en la tierra y te sientes preocupado, confundido, desorientado, triste y angustiado.
“Yo conozco perfectamente tu nombre y lo pronuncio bendiciéndolo, porque te amo, es decir, te acepto como has sido y eres.
“Juntos construiremos mi Reino, del cual tú eres mi heredero y en eso no estarás solo porque yo soy en ti, como tú en mí.
“Deseo que hagas siempre mi voluntad, porque mi voluntad es que seas humanamente feliz.
“Tendrás el pan para hoy. No te preocupes. Pero recuerda, no solo es tuyo. Te pido que siempre lo compartas con tu prójimo, pues te lo doy porque sabes, que es para ti y para todos tus hermanos.
“Siempre disculpo todas tus ofensas, aún más, las exculpo, antes de que las cometas. Porque sé que las cometerás.
“Sé que a veces, es la única forma que tienes para aprender, crecer e identificarte conmigo, lo que es tu vocación.
“Sólo te pido que de igual manera, te perdones tú y perdones a los que te ofenden. Sé que tendrás tentaciones y estoy seguro que saldrás adelante”.
“Toma fuerte mi mano, aférrate siempre a mí, y yo te daré el discernimiento para que te des cuenta que desde hace mucho te di y te seguiré dando la fuerza para que te libres del mal.
“Nunca olvides que te amo desde antes del comienzo de tus días y que te amaré hasta después del fin de ellos, porque soy en ti… como tú eres en mí…
“Que mi bendición quede contigo siempre. Todo el tiempo y que mi paz y amor eternos te cubran la vida.
“Solo de mí podías haberlos obtenido y solo Yo podía dártelos, porque sabes que soy el amor y la paz”.
Y, añadiríamos: nosotros la fe y la esperanza.