En las nubes/Carlos Ravelo Galindo

Unas flores. A ellas, claro

Cuando duermo sueño. Y al despertar sigo con ella, mi flor.

Deja a tus pensamientos también, soñar con bellas flores.

Nunca olvides que la vida en la tierra es cara. Pero incluye un viaje gratis alrededor del sol, cada año.

Tampoco que la felicidad entra por puertas que ni siquiera recuerdas que dejaste abiertas.

¿Has notado que las personas que llegan tarde son a menudo mucho más alegres que quienes tienen que esperarles?

La mayoría nos vamos a la tumba con mucha “música” dentro de nosotros.  Pero ni una sola flor.

Eres una sola persona en el mundo, a la vez que eres el mundo para una persona.

Algunos errores son tan divertidos como para cometerlos sólo una vez.

No llores porque se acabó. Sonríe porque sucedió.

Podemos aprender mucho de los lápices de colores. Unos son afilados, otros son aburridos y algunos tienen nombres extraños.

Todos son diferentes pero todos ellos conviven felices en la misma caja.

Una persona feliz es aquella que puede disfrutar del paisaje en un desvió.

Tener un fantástico día y saber que alguien pensó que eres genial.  Es maravilloso. Te lo decimos felices.

Trabajar para Dios en la tierra no está muy bien pagado. Su plan de jubilación está fuera de duda. La gloria. A secas.

Este mensaje que es para ti. Platícaselo, te lo aconsejamos, a quienes significan tu mundo.

Mantén una sonrisa en tu cara y una canción en tu corazón.

No olvides jamás, bella flor, que una sonrisa es señal de alegría. Un signo de felicidad. Y un abrazo, gesto de amor.

¿Y un amigo?

Bueno, eso es cuestión de buen gusto. Creemos.

Es claro.  Lo intuyo:

Lo seremos siempre.

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