En las nubes/Ravelo Galindo

El Muro   

Qué curioso, hasta hoy  que el famoso Werito habla de construir un muro con nuestra frontera, nos damos cuenta.

Antes, durante años, años y más años. Gobiernos, gobiernos  y más gobiernos, ayudamos con mano de obra mexicana a construir los dos mil  kilómetros que ya existen.  Sólo faltan mil quinientos. O algo más. Y entonces nadie dijo algo.  Para todos pareció de lo más normal que el vecino  levantara  tal “separación”. Y hasta lo celebramos con alabanzas. Hoy, repito, cuando se habla de una nueva obra, ponemos el grito en el cielo. Acusamos al vecino de  mil fechorías, acaso con razón, pero no pensamos qué hay detrás.

Fue, puedo aseverarlo sin equivocarme, el entretenimiento que esperaban nuestras autoridades para  distraer al pueblo, a los ciudadanos, de tanta depredación que se ha cometido en nuestro México.  Y  además nos amenazan en el 88 aniversario del tricolor, cuando el señor de los pinos gritó a pulmón batiente:  “En junio próximo, vamos por todo”.  Seguramente cree, como todos los suyos, que sus colegas de Veracruz, Quintana Roo, Tamaulipas,  Chihuahua, Coahuila  y Sonora,  dejaron algo.  Para morirse de risa, palabra. Mejor al muro.

Con gratitud  a nuestro amigo.  Que enseguida nos ilustra más.

“Mi estimado Carlos Ravelo, te saludo con afecto. Soy Arturo Alvarez del Castillo, reportero y cronista deportivo, además de socio del Club Primera Plana y un asiduo lector de tus correos. El propósito de mi comunicado es para hacerte el comentario de un tema del momento: el Muro.

Tu bien sabes mi admirado Carlos que este asunto de los muros no es nuevo, los llegó a construir el imperio romano en los primeros años de la era cristiana, en la isla británica, hoy Reino Unido.

Los chinos levantaron la colosal muralla para frenar la invasión de los mongoles. Y más reciente el muro de Berlín y uno más en la frontera de Israel con Palestina. El muro o muralla de Adriano fue erigido al norte de  la isla Gran Bretaña por mandato del emperador romano Adriano en el año 122 y tuvo una longitud de 117 kilómetros.

Posteriormente  fue construido el muro Antonino ordenado por el  emperador Antonino Pio, entre los años 140 y 142. Con 58 kilómetros de largo.

A estas murallas se les conoció como las fronteras del Imperio y fueron levantadas para garantizar la defensa de la isla y de paso someter a las tribus hostiles.

Estas obras monumentales se localizaban al norte de la isla en lo que hoy es territorio de Escocia y a pesar de su antigüedad, subsisten importantes tramos y se les ha declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO.

Por cuanto al muro de Berlín conocido también como el muro de la vergüenza, fue construido el 13 de agosto de 1961 y derribado el 9 de noviembre de 1989.

Tuvo una longitud de 45 kilómetros y dividía en dos a Berlín. Fue ordenado por el gobierno de la URSS luego de la segunda guerra mundial.

Sirvió para evitar la migración masiva del lado comunista a la República Federal Alemana. Costó más de un centenar de muertos de los que querían huir.  Ya se habló del muro que separa a los judíos de los palestinos en Israel.

Por último quiero comentar una historia real que ocurrió hace más de 60 años en el mineral de La Mazata, estado de Jalisco,  donde nací.

En la empresa minera trabajaban unas 500 personas. Tenían buenos ingresos y vivían en un poblado en condiciones aceptables con escuela primaria y algunos comercios.

En el límite del  mineral estaba una ranchería llamada La Estancia donde vivía gente del campo, muy  pobre y para ayudarse en su economía, acudía a La Mazata a vender verduras, huevo, gallinas y demás productos.

Pero resulta que los comerciantes del mineral se sintieron afectados y mandaron levantar una cerca o barrera de piedras para que no pasaran los vecinos.

¿Pero saben quiénes tiraron ese muro?

Las mujeres. Si las mujeres, porque las jovencitas de La Estancia se empezaron a casar con los jóvenes mineros y echaron abajo la cerca.

A todo esto, debemos reflexionar: la actitud de una sociedad en mejor posición económica a la del vecino, fue ventajosa, discriminatoria y hasta humillante. Es similar a lo que están viviendo nuestros conciudadanos ante las agresiones del (  ) que vive en la Casa Blanca.

Es todo mi estimado Carlos, espero te agrade mi nota y si lo  ves pertinente, inclúyela en tu correo”.

Sólo quitamos un adjetivo calificativo “simio”, para no ofender a esta especie.

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