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JERUSALÉN, 4 de diciembre (EXCLUSIVA de Quadratín México).- Los combates de las últimas semanas en los alrededores de Damasco se concentran ahora en los suburbios donde reside la población de escasos recursos, mientras que los rebeldes intentan llevar su lucha a las zonas más cercanas al asiento del poder del presidente Bashar Hafez al-Assad. ”La situación de seguridad se ha vuelto extremadamente difícil, incluso en Damasco”, dijo Radhouane Nouicer, coordinador regional de la ayuda humanitaria de las Naciones Unidas para Siria.
La mayor parte del personal de la ONU en Siria ha comenzado a abandonar el país. Un avión comercial de la empresa EgyptAir se vio obligado a regresar a El Cairo, 30 minutos después de su despegue, por la imposibilidad de aterrizar con seguridad en el aeropuerto internacional de Damasco. EgyptAir canceló por el momento todos sus vuelos a Siria. Hay rumores que Jihad Makdissi, el joven portavoz del Ministerio sirio de Asuntos Exteriores en el gobierno de Bashar al-Assad, que voló ayer desde Beirut a Londres con su familia habría desertado, como previamente lo hicieran otros importantes funcionarios del régimen. En las últimas horas se ha visto que su casa en Damasco fue incendiada. Hace dos días había declarado que el gobierno no atacaría con armas químicas a su población.
Mientras todo ello sucede, el presidente Barack Obama advirtió a Siria que el uso de armas químicas sería “totalmente inaceptable”, y que los líderes del país tendrían que rendir cuentas si hicieran uso de ese tipo de armamentos. Quadratín México ya había informado que Estados Unidos cree que Siria tiene decenas de armas químicas y biológicas repartidas por todo el país, entre las que se encuentran agentes nerviosos como el VX, uno de los más tóxicos y de más rápido efecto que se conocen, el gas sarín, el gas mostaza y el tabun compuesto líquido químico utilizado como gas nervioso. El uso de armas químicas provocaría una gran escalada en la represión de Assad sobre sus enemigos, y causaría muertes masivas y heridas terribles a los sobrevivientes.
Por ello no es de extrañar que el periodista Jeffrey Goldberg publicara en The Atlantic que “el gobierno israelí ha presentado dos veces al gobierno de Jordania un plan para destruir los sitios donde se encuentran las armas químicas de Siria pidiéndole su anuencia, pero los jordanos se han negado hasta ahora a conceder tal permiso”. Varios de esos sitios están muy cerca de la frontera entre Siria y Jordania. Tampoco es secreto que aviones israelíes están patrullando los cielos de su frontera con Jordania y Siria, y que aviones no tripulados estadounidenses e israelíes patrullan poniendo su atención a los sitios supuestos donde se encuentran los componentes de las armas químicas de Siria. Recordemos que la aviación israelí destruyó el 6 de setiembre de 2007, lo que se cree fue una instalación nuclear construida en Siria con la ayuda de Corea del Norte, cuyo objetivo era una “instalación capaz de construir armamento no convencional”. En esa oportunidad no había coordinado el ataque mantenido bajo una espesa capa de secreto a ningún país vecino, y el gobierno de Assad se limitó a desmentir que se tratara de instalaciones nucleares.
Varios países temen que si la situación de Bashar al-Assad se volviera desesperada, haría uso de armas químicas contra sus enemigos como su última alternativa para sobrevivir o morir con lo que él podría comprender como dignidad.
La secretaria de Estado Hillary Clinton advirtió a Assad que el uso de armas químicas marcaría una línea roja de los EE.UU dando a entender que esa situación llevaría a la acción de su gobierno. El secretario de prensa de la Casa Blanca Jay Carney dijo que los funcionarios estadounidenses estaban monitoreando de cerca la el movimiento de materiales sensibles de los depósitos de los componentes de las armas químicas de Siria, que para que puedan usarse necesitan combinarse.
Las fuerzas estadounidenses en la región, y las de Israel, Turquía y Jordania están preparadas para entrar en acción contra Siria en caso de que su presidente, Bashar Assad ordenara a las unidades de su ejército, usar armamento químico contra los rebeldes y los objetivos civiles de su propio país, o si decidiera atacar a los países vecinos.
Las fuerzas estadounidenses estacionadas en Jordania y unidades jordanas, que han estado entrenando durante dos meses en tácticas en guerra química contra Siria están en un alto estado de prevención y alerta. Así, también, están los tres centros especiales de comandos estadounidenses instalados en Turquía, Jordania e Israel para coordinar esas operaciones.
Anclado frente a las costas sirias se encuentra parte del Grupo Anfibio de Reacción del Iwo Jima que fuera adscripto a la 6ª Flota norteamericana, quedando a órdenes tanto del Cuartel General de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos en Europa (Eucom, por sus siglas en inglés), como de su homólogo en África (Africom). Dichas jefaturas se ocupan de los teatros de operaciones del Mediterráneo, el acceso septentrional al Canal de Suez y la fachada noroccidental africana. Paralelamente los ministros de relaciones exteriores de la NATO, discuten el despliegue de baterías antimisiles Patriot en 10 sitios de la frontera turco-siria, para proteger a Turquía de eventuales ataques sirios.
El presidente ruso Vladimir Putin declaró en Estambul, al término de su visita de un día: “Lo que nos preocupa es el futuro de Siria. No queremos cometer los mismos errores que ya se cometieron… recordaremos cómo algunos regímenes dieron su apoyo a los militantes en Libia y cómo la situación terminó con el asesinato del embajador de Estados Unidos en ese país”. Ello se entiende como una advertencia del presidente ruso, a los EE.UU. de no involucrarse en la crisis siria como lo hiciera en Libia.
Fuerzas anfibias rusas también se encuentran en la región, apoyando por ahora, al régimen de Bashar el Assad.
Los próximos días, pueden ser decisivos para todos los involucrados en esta lucha que ya produjo según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), más de 40 mil víctimas mortales, superando el récord del presidente Hafez Al-Assad, padre de Bashar, que en su tiempo, en la así llamada masacre de Hama, sofocara la revuelta de la comunidad sunita contra su régimen, llevando el número de ciudadanos sirios asesinados a entre 20 y 40 mil personas.
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