IMSS, en el top de instituciones de LATAM por su investigación en salud
CIUDAD DE MÉXICO, 10 de noviembre (Quadratín México).- Las lesiones frontales de cráneo, se ubican entre las más frecuentes en los accidentes automovilísticos, los cuales, son de hecho, la primera causa de muerte entre la población joven, marcadamente, entre los 18 y los 45 años, informó el experto Miguel Ángel Macías Islas.
El especialista del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco, señaló que la falta de uso de cinturón de seguridad, es el principal motivo de un choque con este tipo de secuelas e inclusive un frenazo intempestivo.
Explicó que en estos accidentes, tanto el conductor como el copiloto del vehículo, se proyectan hacia el frente y se golpean la cabeza en el volante, el tablero o el parabrisas, causando lesiones que pueden dejar secuelas graves y hasta mortales.
Macías Islas, quien encabeza el departamento de Neurología del Hospital de Especialidades del Instituto en la entidad, dijo que una de las secuelas más frecuentes, es el síndrome de frontalización post trauma craneal, y sucede cuando el golpe afecta la región frontal del cerebro, la cual es esencial para la actividad humana.
“Es la parte más nueva, desde el punto de vista evolutivo; en ella se ubican los elementos de la inteligencia como el cálculo, la abstracción, la capacidad de planear, la capacidad de juicio, en fin, todas las funciones que nos distinguen de animales inferiores”, detalló.
Así, cuando un traumatismo cráneo encefálico (TCE) afecta dicha región, suele presentarse el síndrome de frontalización, el cual se caracteriza principalmente por cambios en la conducta y el estado de ánimo.
En el servicio a su cargo, el síndrome de frontalización se ubica entre el cuarto y el quinto sitio como motivo de consulta. Al mes, llegan aproximadamente 30 pacientes, con secuelas diversas posteriores a un traumatismo cráneo encefálico.
“De éstos, 20 por ciento corresponde al síndrome de frontalización, cuyo tratamiento es largo (entre dos y tres años) y requiere la participación del neurólogo, así como de un equipo de neuropsicólogos que se focalizan en el aspecto afectivo”, agregó.
Destacó que los pacientes que lo desarrollan, manifiestan conductas agresivas y desinhibidas.
“Es común que tras un traumatismo de cráneo, una persona que era cívica, desarrolle comportamientos bizarros, caracterizados por desinhibición sexual, además de un lenguaje escatológico y una serie de trastornos”, explicó.
Añadió que este tipo de comportamientos llegan a interpretarse erróneamente por familiares y personas cercanas al paciente, de quien piensan que “está fingiendo”.
Asimismo, afirmó que el abordaje inicial de un traumatismo cráneo encefálico, es a través de Neurocirugía, porque se debe valorar, sobre todo, si el golpe fracturó algunos huesos del cráneo, si debe operarse o no.
Una vez que el neurocirujano da de alta al paciente, pasa a Neurología, especialidad que hará un seguimiento y tratamiento de las secuelas que hayan podido quedar del golpe.
“Estas personas, además del conflicto de haber perdido sus habilidades, se les agrega el trastorno emocional secundario; se deprimen, se alteran y en casos dramáticos, se llegan a suicidar”, apuntó el experto.
Las terapias que se ofrecen, echan mano de la plasticidad neuronal, la cual, posibilita la regeneración cerebral, inclusive si hay áreas infartadas o hasta pérdidas de masa encefálica.
En el 70 por ciento de los casos, tras la terapia, se consigue una reincorporación del paciente a su vida habitual. “Casi ninguno se recupera en un 100 por ciento, pero son capaces de llevar su actividad normal y trabajos manuales, aunque, si requiere de trabajo intelectivo, tiene un poco de más dificultad”, precisó.
Finalmente, comentó que si se captan cambios de comportamiento, sobre todo si el afectado previamente sufrió un traumatismo cráneo encefálico, es vital buscar atención médica especializada.
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