Eliminar autónomos, un autoengaño/Bryan LeBarón
Ríos Piter y el dilema de los independientes
En la lista de los precandidatos independientes, hay tres que podrían obtener el registro para la candidatura presidencial: Jaime Rodríguez, El Bronco, Márgara Zavala y Armando Ríos Piter. Este último, de 44 años, 22 en la política, rechaza la posibilidad de renunciar a favor de algún candidato partidario y analiza el fenómeno independiente como un proceso de cambio en estructuras ya instaladas –las del estado–, que puede transformar a fondo al país. Pero aclara, que en esos cambios, todos, los partidos incluidos, tendrán que poner su parte.
Rios Piter renunció al PRD y se fue por el camino independiente, con mayor dimensión ideológica y analítica que la generalidad de los contendientes. En los sucesos de Ayotzinapa, en septiembre de 2014, él era candidato a gobernador en Guerrero y renunció para evitar vinculaciones con el poder establecido y el crimen contra los normalistas. Además de que como lo hicieron con AMLO –a quien apoyó en sus candidaturas en 2006 y 2012–, hicieron una campaña contra él relacionándolo con José Luis Abarca, el presidente municipal de Iguala, involucrado en el crimen. El senador con licencia ha centrado su análisis en esta nueva modalidad a la que se ha dado apertura –con estrictas normas–, dentro de las tres mil 406 candidaturas que buscarán puestos el primero de julio próximo. Y es que el fenómeno de los independientes –que no es nuevo–, aparece en México como una especie de voz de conciencia de un sistema de partidos que se estereotipó, se corrompió y terminó siendo un fardo para la sociedad. Es cierto que muchos que se dicen independientes –el caso de El Bronco y Zavala, por ejemplo– terminaron actuando igual que los partidos al usar recursos públicos para conseguir firmas para su registro. En una reunión amplia con periodistas, organizada por un grupo de WhatsApp en el que se encuentra la red noticiosa Quadratín, el político guerrerense habló durante casi tres horas con un lenguaje abierto, muy porteño y entre muchas opiniones mostró sus dudas acerca de la Ley de Seguridad Interior, y calificó la propuesta de amnistía esbozada por AMLO como algo trivial, una jalada. En avalancha de preguntas muy bien fundamentadas por periodistas de largo cuño de medios importantes, no se notó, sin embargo, un análisis acabado en este último asunto que fue actualizado por EPN en días pasados para tomar prestada la frase, “Ni perdón ni olvido” y criticar al tabasqueño. Quienes han abordado el tema no han tomado en cuenta la situación de guerra que vive el país, los miles de muertos causados por la fuerza del estado y la exacerbación de los grupos del crimen organizado ante la muerte de sus miembros. Ni tampoco el encarcelamiento de miles de jóvenes que fueron coptados y podrían recibir otra oportunidad. Rios Piter me planteó, a nivel particular, que si el morenista especifica bien su propuesta, estaría en condiciones de discutirla.
La ola independiente
La ola independiente, participación ciudadana para salir de la impunidad (Panorama. Producciones Sin Sentido Común S. A de C.V. 2017) es un libro que acaba de presentar Rios Piter que reproduce el nombre del movimiento “cuyo objetivo es que diversos ciudadanos ajenos a cualquier partido, se involucren en el proceso electoral de 2018”. El libro de 118 páginas analiza el surgimiento de las candidaturas independientes, el impacto que puede llegar a tener frente a un sistema de partidos que en su mayoría han cedido al descrédito y de manera reiterada, configura su lucha dentro de la institucionalidad. El propio autor dijo que se muestra “respetuoso de las instituciones”, al darle un voto de confianza al INE en el análisis de las firmas que han presentado los independientes para su registro. Hay un análisis sobre el fin de ciclo por el que atraviesa el sistema presidencialista unipersonal y en las conclusiones, se inserta un decálogo acerca de lo que “es justo” que tengan los mexicanos: buena alimentación, buena enseñanza, apoyo a emprendedores, cuidado del medio ambiente, lucha contra el cambio climático, desarrollo integral en todas la regiones, ciudades seguras y prósperas, cuidado y promoción del patrimonio, convivencia equitativa de hombres y mujeres y proyección de un futuro brillante, a grandes rasgos. Es decir, el programa de gobierno que puede manejar el precandidato si lo registra el INE.