
Visión financiera
Sobrevilla y los que preguntaron a AMLO
Buen trabajo se echó el colega José Sobrevilla al meterse en los intersticios de La Mañanera, esa forma singular de comunicación que creó el ex presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Prácticamente desde sus inicios, hasta 2023, el también excelente fotógrafo, hizo un seguimiento minucioso de los preguntones en esa conferencia diaria que se veía, escuchaba y leía hasta en China. Aparte de su trabajo cotidiano en su medio, dio voz a innumerables participantes, cuarenta de los cuales vuelca a través de su propia voz, en este libro Los que preguntan (Letrame Grupo Editorial 2023 y 2024). En su primera salida el libro tuvo comentarios y ya en su segunda edición, vale hacer algunas observaciones de una publicación realizada en España, según lo consigna. Esta será la primera crónica con la que abordaré este libro, esporádicamente, porque me gustaría introducirme sobre todo, en ese periodismo del interior que siempre estuvo presente en el acto de AMLO y que los que laboramos en la capital, seguimos desde muy de lejos, sin introducirlos a nuestro entorno.
SE PONE ÉNFASIS EN DEMOSTRAR LA FORMACIÓN PROFESIONAL DEL PERIODISTA
A diferencia con la SEP que no exige cédula a los periodistas, tampoco lo hace con los poetas, Sobrevilla tiene la acuciosidad de mostrar en cada entrevista que presenta, la formación profesional del periodista entrevistado, asistente registrado en la Mañanera. Es permanente la reiteración y es importante si se quiere demostrar al país que está ante profesionales. El problema y uno que otro de los entrevistados lo señala, es que una formación académica, técnica además desde la perspectiva de como ofrecer la noticia, no resuelve el problema fundamental de la información. Ésta tiene que tener un destino fundamental que es la sociedad, el pueblo. De nada sirve tener doctorados y exceso de títulos si el conocimiento se pierde en la interioridad de la vanagloria. Lo importante es que el periodista sirva a su destino real: informar. E informar con utilidad. El mejor ejemplo lo tenemos en el siglo XIX, con aquellos grandes como Zarco, El Nigromante, Prieto y muchos más que tenían los conocimientos de la época, pero no estudiaron Ciencias de la Comunicación.
EL ASPECTO QUE NO SE TOCA EN EL LIBRO ES EL DEL DILETANTISMO PERIODÍSTICO
Sobrevilla toma el reto de poner frente al poder ejecutivo, el que se llama el cuarto poder en este caso representado de cierta manera, con los enviados de los medios poderosos, los intermedios y los de más o menos. Hay medios de todo tipo y está presente reiterada en varias ocasiones, la prepotencia del reportero que se siente superior porque trabaja en Televisa u otro medio de presuntos poderosos y el reporterito que hizo un esfuerzo para codearse con ese muy defenestrado cuarto poder. En ese papel importante asumido por Sobrevilla, falta destacar, porque nadie lo hace en su vanidad de creerse cuarto poder, que los periodistas, todos, sin excepción somos diletantes. Este término lo usaban mucho los franceses y yo lo tomé hace tiempo de Turgueniev el escritor ruso, de su obra Nido de Hidalgos. Somos diletantes porque aunque haya una formación académica de primera y una reiteración personal del periodista por ampliar esa formación, los temas que tratamos no son de nuestra incumbencia profesional con algunas excepciones. Somos según la RAE, entendidos, aficionados, pero no expertos de muchos asuntos que tenemos que informar y cuya pluralidad se vio en las Mañaneras. En efecto, tratamos tantos temas que aunque intentamos penetrar en lo esencial y validero de cada tema para informarlo, no somos expertos en muchos, centenares, quizá miles de casos que tratamos. Somos por lo tanto diletantes del conocimiento, al que maniobramos con honestidad, cuando se tiene, para dar a conocer una información.
COMO INFORMAR Y DESDE QUE PERSPECTIVA, ES FUNDAMENTAL COMPROBARLO
Otro tema que se observa en el libro y que lo vimos desde ese programa, es que una cosa es buscar la información e introducirla en una pregunta, y otra como presentarla. Y no me refiero a lo técnico, sino a lo que es la esencia de la información. En las antiguas comparaciones que se hacían sobre el enfoque de la noticia de acuerdo a la formación del periodista o la exigencia de su medio, la diferencia era abismal. Yo lo leía, recuerdo, en los cabezales e introducciones de los medios cubanos y de los periodistas estadounidenses con una noticia que se presentaba de la manera más diversa. Las mismas opiniones que expresan algunos de los entrevistados, evidencia la presentación del tema. Dada la pluralidad del periodismo representado y los temas, era lógico, lo que no impedía que AMLO fijara su postura en relación a periodistas, en medios en los que éstos asumen la postura de sus dueños. Sabemos de algunos nombres.
UN ESFUERZO DE MUCHOS AÑOS DE SOBREVILLA, QUE DEBE RECONOCERSE
José Sobrevilla es un periodista que nació en Veracruz y llegó a la capital en 1982. De acuerdo a la ficha que presenta, estudió Ciencias de la Comunicación en la UNAM y ha cursado un diplomado en propaganda política y una especialidad en periodismo económico dictada en el diario El Financiero. Su libro tiene ilustraciones de Eko y el prólogo es de Jesús Ramírez Cuevas, Coordinador general de Comunicación Social de la Presidencia, en ese entonces, quien ya en el marco de las entrevistas, da la suya propia.