
Presidenta quiere ley mordaza
Acelerar cambios. El largo adiós tarda, pero llega
Algunos todavía se agarran del cabús y sueñan con cambios sorpresivos que podrían lanzarlos, como diría Rostand, ¡a las estrellas! Pero la esperanza va paso a paso, y se resuelve lo inmediato. A veces hay lentitud, pero en siete meses no se reconstruye un país, pese a que hay seis años anteriores añadidos. La influencia de décadas fue mucha sobre todo en las cosas que agredieron al país. Una luchadora por los desaparecidos fue asesinada junto con un hijo en Jalisco; dos bancos mundiales nos advierten de cero crecimiento este año; los aranceles siguen vigentes; Trump acusa a México de seguir en la línea del fentanilo; hay muertes violentas; sequía en el país y para colmo, la gran capital sede de los poderes federales, padece una de las peores contaminaciones. Y así le seguimos. Pero si se analiza, todo lleva cola, el más alto porcentaje es lo que ya estaba, no se puede cambiar de un plumazo. Ya se están fincando leyes, apoyando a sectores más necesitados y enfrentando todos los problemas. Los que observamos, que vemos el caminar, creemos que a todo lo que agrede, hay que irle dando un adiós, que en algunos casos será largo, a veces lento, otros a través de leyes, el ejemplo son las comunicaciones aunque ahora los que las violaron por años, desbarren en las quejas.
EL LARGO ADIOS, LA CUMBRE DE LA NOVELA NEGRA
Confieso que tengo El largo adiós (Planeta 1985 et al) en varias ediciones. Su autor Raymond Chandler y la novela son de mis favoritos. Para algunos es la cumbre de la novela negra del siglo XX. La vida misma del escritor, es una novela fielmente retratada por Frank MacShane su biógrafo, en La vida de Raymond Chandler. (Editorial Bruguera S.A. 1977). No hay crimen sangriento en ella, es verdad, pero si lo hay en esa permanente autodestrucción que él tenía ante la realidad que vivió. Se había casado con una mujer 20 años mayor que él, a la que terminó atendiendo como anciana -siempre solidario-, mientras tomaba, se alejaba de sus amigos y ponía distancia cambiándose de casa y de ciudad varias veces al año. Cuando murió en 1959, acelerado en al alcohol, trataba de vivir la etapas que la vida le había negado. En su gran haber están sus siete novelas, casi todas llevadas al cine, varios libros de cuentos y relatos y dos guiones geniales, el de Extraños en un tren obra de Patricia Highsmith, película dirigida por Hitchcock y El halcón maltés, novela de Dashiel Hammet dirigida por John Huston. Nada menos que con Humphrey Bogart. Este actor es el protagonista de la primera versión de El largo adiós. Hubo otra a fines de los ochenta que pasó sin pena ni gloria. Se trata de la historia de Terry Lennox un personaje al que el detective de Chandler, Phillipe Marlowe, toma cariño y lo defiende incluso en las circunstancias más duras y sospechosas. Parte de la trama se realiza en un pueblo mexicano. El desenlace tiene caracteres poéticos y recuerda de alguna manera las tragedias griegas. Marlowe como el gran perdedor ve como sus afectos se extravían en pasos que se alejan y resuenan en el pavimento. El largo adiós…