
Al parecer, está disgustada con mis comentarios: Lichtman a Sheinbaum
Trump quiere imponernos niebla en los ojos
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Cuanta niebla en los ojos nos trata de imponer el señor Donald Trump, para aceptar la ceguera y empezar a responder como si fuéramos sus vasallos. Ha habido una respuesta calmada pero exigente de la presidenta Sheinbaum, pero no hemos llegado a los niveles de Lula da Silva que ya responde con el mismo tono que Trump: si nos ponen aranceles desde Estados Unidos, nosotros también se los ponemos.
Pero en México se ha respondido de manera diferente en la cuestión del ganado con el nuevo cierre de fronteras, aunque si se han abierto los ojos en lo relativo a los narcos habladores, exigiendo que demuestren lo que dicen y al propio Trump, con el rechazo a que se negocie directamente con los narcos.
Pero el tono sigue siendo calmado. Diferencias en las formas, una del apasionado brasileño y otra de calma exigente, de la científica que nos gobierna.
LA POSTURA DE VALIENTES JUECES, ESTÁ DETENIENDO A TRUMP
Mientras las decisiones gringas aumentan desde el ejecutivo, un interesante fenómeno se observa en el poder judicial de ese país.
Y es que ante una Corte derechosa cercana a Trump y con decisiones torpes que han enfrentado al género femenino como pasó con el caso del aborto cancelado, hay jueces que están reaccionando de manera diferente. Se les cierran al mandatario las puertas de la justicia.
Ha habido muchas decisiones judiciales en contra, una de ellas el rechazo en la decisión trumpiana de eliminar nacionalidades y la más cercana, la negativa a que sigan las redadas. Pero la niebla que cubre los ojos de Trump sigue presente y todos los días hay que esperar una nueva orden al mundo. Moraleja, mantener los ojos abiertos.
LA CEGUERA DE PERSONAJES PUEDE CONDUCIR AL MISOGISMO. Y EN NIÑAS
Niebla en los ojos (Bruguera 1969) la sencilla novela que escribió Minou Drouet, a la que llamaron niña prodigio en la Francia de mediados de los cincuenta, se puede usar como metáfora de las volutas blancas que entorpecen la visión – y en este caso el entendimiento-, para no ver lo que para los demás es claro.
El caso de Drouet, una niña que escribió su primer libro de versos a los siete años, fue tan llamativo, que grandes intelectuales de la época y posteriores, se metieron al asunto, para descalificar como literata, desde luego, a la pobre Minou.
El famoso Roland Barthes hizo un largo panegírico de la infancia, pero no de los versos de la niña: le siguieron García Márquez, Julio Cortázar, Fernando Savater, entre otros. Jean Cocteau, de plano misógino señaló que todos los niños son genios, “menos Minou”.
Su novela publicada cuando tenía alrededor de 21 años (1969), tiene un corte romántico y algunas de sus metáforas son bellas, poéticas.
Es la historia de dos niños ciegos, uno que sacrifica su visión para reconciliar a sus padres y otra, que al recuperar la vista, dona su tiempo a la función social y termina por llegar a un final feliz. ¿Que fue de Minou?, pocos pueden responder, quizá se convirtió en una escritora mediocre, ahora cerca de los ochenta.
Pero su novelita aún aparece anunciada por los vendedores de libros de las redes y uno puede darle otro giro a su título: que sin la Niebla en los ojos no hay peor ciego que el que no quiere ver.